Suegras, cuñadas y comadres. Dicen que más vale tarde que nunca, y en el caso de Quintana Roo, al fin buscarán tapar el pozo, luego de decenas de niños muertos.
Cierto es que resulta tardía la reacción, pero al menos ya el presidente de la Gran Comisión del Congreso, Eduardo Martínez Arcila, levantó la mano al pedir la intervención de la Federación para el combate contra la delincuencia organizada.
Sí es cierto que pudiera resultar demasiado tarde para muchos, pero al menos ya se dieron cuenta que los esfuerzos del gobierno estatal y municipales no han sido suficientes ante el número de asesinatos registrados principalmente en el norte de la entidad.
En este sentido, el diputado sostuvo que a la federación le ha faltado contundencia para actuar contra la delincuencia, por lo que debe reforzar su presencia en la entidad.
Pareciera que le dieron cuerda al legislador, pues también tiene razón al señalar que han llegado elementos de la policía federal, sin que hasta el momento informen de los resultados de sus acciones.
Y es que desde las balaceras en Playa del Carmen y en Cancún, el pasado mes de enero, se ven por las calles decenas de patrullas de la Policía Federal, pero sin que esto represente un saldo a favor, con la detención de delincuentes ni homicidas.
Por el contrario, las calles de esta ciudad siguen bañadas de sangre, con noticias de balaceras prácticamente a diario.
¿Será necesario recordarle al Gobierno de Enrique Peña Nieto que Cancún y la Riviera Maya son los dos principales destinos turísticos del país? Y más aún ¿Necesitará que le hagamos ver que el turismo es una de los dos fuentes de riqueza más importantes para la nación?