La libertad de expresión está relacionada con la libertad de pensamiento, es decir, de que podemos externar nuestras propias ideas sin temor a ser encarcelados o perseguidos. Ambos derechos no definen al periodismo, aunque estén íntimamente relacionados. El periodismo necesita la libertad de expresión para poder florecer y se nutre de la libertad de pensamiento. Es decir, no porque haya libertad de expresión y libertad de pensamiento se va poder decir lo primero que se me venga en mente y de la forma que quiera. El periodismo requiere corroborar las fuentes de información, checar su validez y credibilidad y luego exponerlo, de una forma respetuosa, tal vez irreverente en algunos casos, pero nunca con intención de herir u ofender gratuitamente. Cada 26 horas se agrede a un periodista en México. El 48% de las agresiones fueron realizadas por funcionarios públicos; de éstas, 80% fueron cometidas por funcionarios municipales. Estos datos fueron publicados por “Article 19” organización independiente que protege y promueve el derecho a la libertad de expresión en diversos países del mundo. En los últimos días hemos escuchado voces de quienes respaldan la validez de insultar y ofender a diestra y siniestra como una estrategia válida. Por extensión creo que forma parte de la libertad de expresión, pero riñe con el respeto de quienes practicamos el periodismo. Es decir, proviene de sectores que consideran el ataque verbal como algo natural y esto ha conllevado en muchas ocasiones a las agresiones hacia los representantes de los medios de comunicación. Así que si queremos mayor libertad de expresión, si demandamos que el gobierno respete y cuide al gremio periodístico, seamos ejemplo del trato que demandamos.
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Urge una verdadera libertad de expresión
La libertad de expresión está relacionada con la libertad de pensamiento, es decir, de que podemos externar nuestras propias ideas sin temor a ser encarcelados o perseguidos. Ambos derechos no definen al periodismo, aunque estén íntimamente relacionados.