El sesgo de la información que heredó la pasada administración aún continúa vigente en el sector periodístico que se ve seriamente violentado ante las medidas de la Ley para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de Quintana Roo, que impulsó el exmandatario estatal, Roberto Borge Angulo.
Parece ser que el comunicador que muestra a la ciudadanía hechos fehacientes sobre actos de corrupción y engaño incomoda a los exfuncionarios y a sujetos que se hacen llamar ‘’activistas’’ sociales, que además se cuelgan de esta normatividad que socava no solamente la economía de cientos de familias que dependen de esta profesión sino de miles de quintanarroenses y mexicanos que tienen el libre derecho de estar siempre informados.
Recordemos que el exjefe del Ejecutivo actuó tal dictador al eliminar el derecho constitucional de los quintanarroenses a manifestarse públicamente, así se arrogó el privilegio de decidir cuáles protestas son válidas y cuáles no.
La ‘’Ley mordaza’’ que aplicó Roberto Borge como realmente debería de llamarse, propició la documentación el año pasado de 42 casos de violencia contra la prensa en la entidad de Quintana Roo, de las cuales, 15 por ciento fueron cometidas por servidores públicos.
Tanto fue la saña con la que criticó el término ‘’periodista’’, que en dicha ley se estableció que la persona que lo ejerza debe de tener una actividad de carácter “permanente con remuneración”.
Impidiendo con esto que los comunicadores independientes no tengan voz para opinar en diversos temas, como se lo hizo en su momento el periodista maya Pedro Canché Herrera, quien fue liberado el pasado 29 de mayo tras ser acusado sin algún sustento del delito de sabotaje.
Asimismo, periodistas como Lydia Cacho calificó esta ley como parte de una política tiránica que vive a costa del hostigamiento de los hombres y mujeres que salen a las calles a cubrir una nota arriesgando su integridad y hasta sus vidas.
Sin embargo, los meses pasan y al exgobernador lo hacen ‘’picadillo’’ sus detractores que se frotan las manos para medir con su propia vara como responsable de esta nula seguridad al trabajo periodístico, en el que a los comunicólogos día a día les pesa más el seguir manteniendo a dirigentes con complejo de monarca, como Roberto BorgeAngulo que llegó al escándalo a nivel nacional al gastar el erario público para la creación de la red de “trolls” y “bots”,así como el de clonar y difundir copias apócrifas de la revista Luces del Siglo.