La espera terminó, el Plan de Desarrollo Estatal 2016-2022 se presentó en Chetumal en un formato innovador y fresco, la interacción del gobernador con los miembros de su gabinete, dejó sorprendido a más de uno, con esto se acabaron las especulaciones y ahora Quintana Roo tiene rumbo para los próximos seis años. Hoy se hará lo mismo en la Universidad del Caribe de Cancún.
¿Cuál es el valor que tiene este documento? Pues que se convierte en la guía que establece las prioridades del gobierno del estado, pero no fue producto de las ocurrencias desde un escritorio, o desde las frías oficinas de los secretarios de estado; no, su valor se fija en que se realizó con propuestas recibidas durante la campaña que realizó Carlos Joaquín, la observancia en las calles, colonias, zonas rurales y poblados del estado durante el periodo de transición, así como en los primeros meses de gobierno en los que se instrumentó la consulta pública.
Fue curioso ver en el evento todo tipo de personajes, pero principalmente a los 11 presidentes municipales que acudieron a la invitación, ahí se olvidaron las fobias partidistas y compartieron el pan y la sal como uno solo; nada más que al llegar a sus respectivas comunas, se quitaron las caretas y cada quien tomó el evento a su conveniencia. Es más, algunos hasta boletín hicieron. Uno que otro presidente municipal salió corriendo para no enfrentar a la prensa que esperaba ansiosa para preguntarle e Perla Tun Pech sobre la inseguridad que se vive en Cozumel y el pleito que se trae con los diputados y regidores; otros en espera cuestionar a Cristina Torres Gómez sobre los cambios que realiza en su gabinete. O a Remberto Estrada sobre la presunta ayuda que le brinda la Gendarmería en su municipio, donde no se acaban las ejecuciones y el asalto a comercios.