Este martes será un día electoral histórico, los estadounidenses acudirán a las urnas a elegir Presidente y Vicepresidente tras una campaña mediatizada en exceso, plagada de acusaciones y descalificaciones que ha polarizado a su electorado, que ha generado posturas radicales, posicionamientos de prestigiados líderes y populares figuras norteamericanas e incluso algunas a nivel internacional.
Como nunca esta campaña ha seguido a detalle el comportamiento, discurso, posturas y antecedentes de los candidatos a la Presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica. Desde diversos países hemos seguido los intensos debates entre la candidata demócrata Hillary Clinton y el candidato republicano Donald Trump, en particular sobre el tema migratorio cuya propuesta sobre la construcción de un muro en la frontera entre México y Estados Unidos, ha inconformado a la población, pero cuyo racismo, intolerancia e intransigencia nos ha indignado sobremanera a los mexicanos y a los latinos.
La contienda por la Casa Blanca en este 2016, está generando que se aborden temas cruciales en la relación bilateral como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte así como un acuerdo migratorio largamente anhelado por quienes buscaron el llamado sueño americano.
El complejo sistema electoral estadounidense de democracia indirecta a través del Colegio Electoral mediante votos delegacionales, contempla figuras como el voto anticipado, voto electrónico y voto desde el extranjero.
La Organización de Estados Americanos OEA enviará por primera vez una misión de observación a Estados Unidos, encabezada por quien fuera la primer mujer Presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla.
Sin duda el factor del voto latino será decisivo, sector que cada vez adquiere mayor relevancia y fuerza en las elecciones de la unión americana; especial atención merece Florida, estado clave, con antecedentes de votación cerrada que genera expectación e incertidumbre electoral. Los pronósticos son reservados, hay quienes incluso han hablado de empate técnico, las encuestas arrojan un margen cerrado sobre el destino de los 270 votos electorales para ganar la elección.
Así pues, mientras los demócratas y el Presidente Obama se juegan su continuidad en el gobierno, su candidata Hillary Diane Rodham Clinton puede pasar a la historia, está muy cerca de convertirse en la primer mujer Presidenta de Estados Unidos.
