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noviembre 23, 2024

Sin Categoría

Una decisión

Ciertamente, las próximas elecciones serán el mayor reto de los partidos en la disputa por el poder, pero sobre todo para el partido de estado; los candidatos aún están girando en la moneda que está en vilo, para algunos partidos y para otros ya es más que sabido quién les abanderara.

El problema radica en el tipo de candidato que cada partido lanzará al ruedo: los priistas divididos, unos apuestan por un honrado Narro, mientras que otros por alguien con más calaña política; los partidarios de Morena, sin duda apoyan a quien consideran que ya merece la presidencia, después de tantos supuestos fraudes; los blanquiazules igualmente divididos entre quien les ha dirigido el partido por un buen camino hasta los que sueñan con benditos ángeles presidenciales. Y que se puede decir del PRD, igual a los otros.

La lucha se muestra avasalladora, dispuesta a llegar hasta las últimas consecuencias, pero la peor lucha es la que se ejercerá entre el pueblo, esa que buscará adeptos a toda costa, esa que buscará los mecanismos de abducción de mentes y votos, esa que fabricará propuestas momentáneas que permitan el engaño y la prevaricación, para llevar votos hacia el partido representado.

Será una lucha que despellejará el presupuesto, que aniquilará la sensatez; una contienda en donde un gran porcentaje del pueblo mexicano será engatusado sutilmente pues existe un problema: la necesidad de creer en un líder real y no poder encontrarlo.

Este panorama hace parecer que la gran mayoría de la población es ignorante, apática e indiferente, cuando en el fondo, desean tener gobernantes que cumplan a cabalidad la palabra emitida en esta carrera por la presidencia. ¿Habrá alguien capaz?

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