Como era de esperarse, el tema de los medios de comunicación se ha convertido en la manzana de la discordia para el gobierno de Carlos Joaquín González.
Luego de una gran labor de Haidé Serrano durante la campaña del hoy gobernador, ganándole la partida a los responsables de prensa de los contrincantes, hoy la Vocería está hecha bolas y, se dice, que esto obedece a la intromisión de gente mañosa que quiere meter las manos a sabiendas de que ahí se mueve poder y dinero…
Y esto se da también después de un manejo de medios en el gobierno de Roberto Borge en el que se utilizó el método más fácil de hacer prensa: “En una mano el dinero y el otro el garrote”, aplicando la ley del “si no estás conmigo, estás en mi contra.
Por eso es que la situación en la Vocería es sumamente complicada.
De ninguna manera se puede decir que Haidé Serrano es nueva en estos menesteres, claro que no, ella hizo un buen papel como vocera del presidente municipal de Solidaridad, Carlos Joaquín González, en 2005-2008.
Sin embargo, el hecho de sacudirse a tantos y tantos que recibieron “caricias” por carretadas en las dos últimas administraciones estatales, no es nada sencillo. En Quintana Roo se han creado verdaderos cotos de poder que sólo podrán ser desactivados con decisión de la nueva vocera y con el pleno respaldo del gobernador.
Y en eso estaba la periodista Haidé, cuando entró alguien de aviesas intenciones a querer imponer gente para dirigir la vocería, gente de la que Quintana Roo ya no tolera, gente que se llenó las manos en los sexenios pasados.
Para cambiar esto, se requiere de un decidido voto de confianza.