Messi es un ídolo que para muchos llegará a ser único y para sus compatriotas ya es un Mesías – tal como Maradona en su momento lo fue -. Messi al igual que muchos grandes deportistas, ha podido ser explotado más allá de lo creíble gracias a la fabricación de héroes que las cadenas de comunicación logran para ganar millones, y el efecto que producen en el público resulta de increíble respuesta ya que Messi es Messi.
Sin embargo al verlo fríamente, resulta ser un personaje sumamente individualista, él busca el triunfo sin considerar a sus compañeros, él debe de brillar sin ni siquiera pensar en lo incómodo que su equipo se debe de sentir cuando pareciera que en la cancha sólo juega uno contra once. Y entonces, al comparar con nuestra realidad, nos encontramos con miles de Messis que se fabrican imágenes falsas, que buscan el éxito a toda costa sin importar el bien común, y en la política se tiene a flor de piel, ya sea en la figura del gobernador, de los diputados, de los regidores o de cualquiera que tenga poder y esté en posibilidades de brillar más que otros bajo banderas de egoísmo y rapacidad.
Entonces nos percatamos que así como las declaraciones erróneas de un héroe deportivo opacaron la grandeza de una victoria, así las decisiones de regidores en contra de su propio pueblo opacan el crecimiento y el establecimiento de justicia en una sociedad, en un gobierno. Pese a que se logró una conquista de unión y solidaridad en las elecciones pasadas en nuestro estado y por lo cuál podríamos haber festejado en grande, los acontecimientos que se suscitaron en las semanas siguientes hicieron que las esperanzas de un cambio se perdieran.
