Los políticos han decretado un nuevo impuesto, como si los que tuviésemos no fuesen suficientes sin considerar todas aquéllas entradas de dinero que le llegan a los municipios, los estados y la misma Federación que no son propias de impuestos: multas de cualquier clase, permisos que otorga el Ayuntamiento por diversas causas, etc.
La clase el poder acomoda la manera de lograr mantenerse con sus “negocios” que a todas luces se muestra con legalidad pero que en el fondo es un robo, pero ellos argumentan que sólo aprovechan las leyes de la oferta-demanda en su beneficio ya que a diferencia del pueblo, ellos sí entienden de economía. Obvio que en sus propios términos y condiciones y ventajas.
La ciudadanía no puede continuar manteniéndose al margen de los nefastos acontecimientos: la falta de rapidez en hacer que Borge regrese lo sustraído y el mantener políticos a los cuales les importa un bledo la sociedad y sigan con el latrocinio que solo lleva a incrementar impuestos pues las arcas están vacías, ¿vacías para quién? Todo político recibe jugosas cantidades en ésta temporada ¿Por qué el pueblo no? ¿Acaso es un sector social sin derechos? Las cosas no marchan bien, definitivamente y lo peor, es que no marcharán bien.
Es Navidad, hay que celebrar pero con prioridades, con modestia, con sapiencia, y con la idea firme de que algo se tiene que hacer, buscar las alternativas que como familias nos hagan salir a flote pues para el gobierno valemos una mierda. Paguemos las deudas antes que nada, el dinero es un circulante pero nunca sabemos en qué cantidades llegará y el año que viene será difícil si no se ponen truchas.
Feliz Navidad para todos los lectores.
