Síguenos

¿Qué estás buscando?

noviembre 27, 2024

Sin Categoría

Trump y Peña: gobiernos fallidos

Columna por Julio Hernández López

> En EU, críticas de NYT y Bannon
> En MX, preparativos 2018
> Jalisco: Alfaro y Padilla

En su editorial de este domingo, The New York Times ha calificado de “fallida” la presidencia de Donald Trump. El diario no se ha ido por las ramas a la hora de describir el “desastre ambulante” y la “incompetencia pura” que a su juicio constituye el gobierno encabezado por el multimillonario metido a político, a quien retrata como “un príncipe de la discordia que parece divorciado de la decencia y del sentido común”.

Steve Bannon, el estratega en jefe de la Casa Blanca soltó a su vez un diagnóstico demoledor, luego de ser despedido del equipo de Trump, al decir que esa presidencia ya había “terminado”, al menos en los términos políticos e ideológicos que la ultraderecha rabiosa, de la que Bannon es ideólogo y operador, supuso habían llegado al máximo poder junto con el extravagante rubio.

El espectáculo de la decadencia imperial es visto desde la sureña casa vecina con una mezcla de sorna y escepticismo. Bien merecido tiene el supremacista político el revés generalizado que está recibiendo, pero, por lo demás, los intereses sustanciales de las élites estadunidenses suelen mantenerse a salvo con uno u otro presidente, sea republicano o demócrata, brillante o extremadamente torpe.

En la citada casa sureña, México, se vive desde hace cuando menos diez años lo que se ha descrito no como una presidencia de la República sino como todo un Estado fallido. En particular, el tramo correspondiente a Enrique Peña Nieto ha sido escandalosamente negativo, hasta llegar a niveles de corrupción, ineficacia, criminalidad y cinismo nunca vistos en la historia política mexicana, tan cargada de expedientes oscuros.

La suerte de Trump, el fallido, dependerá de maniobras legislativas y presiones cupulares, con una muy improbable oportunidad de reelección. En México, en cambio, Peña, el también fallido, está naturalmente encaminado a terminar su sexenio (a pesar de rumores sobre enfermedades graves y de los vaticinios de adversarios que lo creyeron siempre capaz de caer del poder a causa de alguno de sus múltiples traspiés) y, contra lo que la lógica y la estadística habrían de suponer, considera posible que su corriente se mantenga en el poder, al costo que sea, en 2018.

Aún cuando una temprana euforia desde el bando de Morena considera casi imposible que la putrefacción del equipo federal gobernante pueda ser vendida como fresco platillo de temporada el año entrante, y aún cuando los promotores de la alianza PAN-PRD creen posible erigirse como alternativa electoral vigorosa, convendría no perder de vista el hecho de que el PRI-Gobierno cree haberse fortalecido de manera extraordinaria a partir de la imposición de Alfredo del Mazo en el Estado de México y de la “apertura de candados” en una asamblea nacional priista caracterizada por la sumisión a los dictados de Los Pinos.

El modelo EdoMex combina las vertientes tradicionales del fraude electoral directo (como en 2006, con Felipe Calderón), de la compra masiva de votos (como en 2012, con Peña Nieto) y de la descarada y aplastante utilización de recursos públicos (como en 2018, con Del Mazo). Al destacar el principal rasgo de cada una de estas imposiciones no se pretende establecer que no hubo características de las otras: al contrario, en cada elección se combinan los factores, conforme a las necesidades circunstanciales.

Advertisement. Scroll to continue reading.
[adsforwp id="243463"]

Justamente el comandante en jefe de la imposición de Del Mazo está por hacerse de la presidencia del PRI en el Estado de México: pieza directa de Peña Nieto, Ernesto Nemer ahora se responsabilizará de reproducir el esquema 2017 en las elecciones del año venidero, con la misma consigna, acomodar los resultados para que favorezcan al PRI, haiga de ser como haiga de ser.

El Partido de la Revolución Democrática, al que se da por muerto, sin ver cómo el sistema político ha protegido en otras ocasiones a organizaciones sin base social (los partidos paleros, o satélites), tendrá sesión de consejo nacional el próximo fin de semana, para discutir y seguramente aprobar el proyecto de crear un Frente Amplio Opositor con el PAN. En esta reunión es probable que se dé más nitidez al perfil de Miguel Ángel Mancera como la carta “independiente” del sol azteca para las negociaciones con el partido de blanco y azul.

Dividir el voto opositor, para que el PRI sea la mayor de las minorías, y utilizar la combinación de factores fraudulentos aplicados en el Estado de México, es la fórmula, junto con el control mediático, que da esperanza al priismo fallido de fabricar otro ilusionismo “de cambio” que le permita continuidad.
El próximo domingo se realizarán consultas públicas en varios municipios de Jalisco que gobierna el partido Movimiento Ciudadano, para ratificar o rechazar a quienes hoy los presiden. Estos ejercicios serán simbólicos, pues no es obligatorio el acatamiento de los resultados, y, en todo caso, el impacto será en términos propagandísticos, para decir que se escucha y acata la voluntad ciudadana respecto a la continuidad o no de sus autoridades.

Lo más notable del asunto está en otro terreno: Enrique Alfaro, el presidente de Guadalajara y virtual aspirante a gobernador (aunque en MC también lo mencionan como naipe presidencial) ha sellado un pacto subterráneo con Raúl Padilla, el poderoso jefe del grupo controlador de la Universidad de Guadalajara, de tal manera que este grupo (el cual ha creado una vertiente no partidista, “ciudadana”, para procesar la alianza) ayudará a que el experimento de las ratificaciones resulte positivo para el alfarismo. Y lo que venga.

Y, mientras es visto “México, violencia silenciada” ((https://goo.gl/4oLoZJ), un recomendable reportaje sobre violencia, impunidad y desaparecidos en Acapulco, Ciudad de México y el ejido Patrocinio, de Coahuila, como muestras del desastre nacional, el cual transmitió hace semanas TeleSUR, bajo el guion y producción de Paula Mónaco Felipe, ¡hasta mañana!

Te puede interesar