ISABEL RODRÍGUEZ
Creced y multiplicaos
El fin último del humano es muy cuestionable sobre todo con los avances que desde la Revolución Industrial se han dado de forma vertiginosa. Hasta antes de ese momento histórico las familias tenían como propósito el reproducirse y henchir la Tierra, era no sólo un decreto divino sino necesario como parte de la perpetuación de nuestra especie.
Hoy tenemos un planeta con más de 7 mil millones de humanos que en diferentes condiciones se expanden por todo el orbe. El crecimiento es sencillamente desmedido, pues hay factores que permiten esta expansión pero con ello también han crecido los problemas. Desde hace poco más de cincuenta años ya se empezaban campañas de concientización sobre el cuidado de nuestros recursos pero, al parecer no ha pasado nada.
¿Será verdad que en algún momento colapsemos? La verdad es que nuestros problemas aún no son un problema, a pesar de que se escuche por aquí o por allá muchas personas no lo creen pues esto es como cualquier vicio al cual la propaganda le hace ver los males a futuro, pero no es hasta que se desarrolla y se está por morir que se toman cartas en el asunto y así, nuestros problemas no son un problema aún.
Entonces ¿Pueden las personas seguir reproduciéndose? ¡Claro que si! pues es más que formar familias es un mero instinto de supervivencia y perpetuación de la especie sin importar los problemas.