Caminar por las calles de Cancún es espectacular, sentir el calor, observar la naturaleza, los comercios, el bullicio, los colores, las personas que nos visitan y los que vivimos aquí, pero de repente, te encuentras que la calle donde transitas esta obstaculizada por algún puesto de comida donde varias personas se apiñan para deleitarse y entonces buscas el espacio para pasar bajando de la banqueta o encuentras automóviles mal estacionados, estorbando tu libre transitar o encuentras escombro de alguna obra reciente y que aún no quitan o puedes encontrar que sencillamente no hay banqueta y tienes que caminar entre polvo, tierra y a veces basura.
Pero este panorama no sólo resulta a veces incómodo para el peatón sino también para los conductores, que muchas veces tienen que enfrentarse a botes rellenados de cemento con palos incrustados y que impiden el libre estacionamiento; puede ser en la taquería de la esquina o a un costado de un banco o sencillamente en las afueras de una casa y todo porque pareciera que tanto transeúntes como conductores no pueden hacer uso de la banqueta o la calle que por derecho es de todos.
Siempre encontraremos quienes se creen dueños y administradores de los espacios públicos sin que uno sepa a quién recurrir para poder al menos sacar nuestra inconformidad y a veces nuestro enojo. ¿Cree usted que está bien esto?