No es asunto menor: Más de 100 mil personas directamente inmiscuidas en la rebatinga entre Uber y taxistas, aparte del jaloneo en el que se han perdido millones y millones de pesos, las manifestaciones en las que han participado miles de trabajadores del volante, la trascendencia del problema que ha rebasado las fronteras estatales y la incertidumbre que ha generado entre las sociedad, todo esto junto, es poca cosa para la XV Legislatura del Estado, según el diputado Emiliano Ramos Hernández.
Para el perredista, tratar la legislación de transporte “puede ser muy importante para la entidad, pero no es prioritario entre los temas agendados en el Congreso”.
Quizá el lío entre los taxistas y Uber cauce cierto escozor en Ramos Hernández, luego de que un pleito similar fue lo que originó la expulsión de su padre, Salvador Ramos Bustamante, de la CROC, del PRI y hasta del estado en 1994.
En aquellos años, el entonces líder de la CROC quiso crear un sindicato de taxistas, en venganza contra el entonces gobernador Mario Villanueva, por “bajarlo del caballo” cuando estaba a punto de ser candidato a la senaduría.
Finalmente no creó ningún gremio, salió perseguido del Estado (y más tarde encarcelado), expulsado de la CROC y del PRI.
Esto pudo haber creado una especie de trauma en el hoy diputado y por eso minimiza o subestima uno de los temas más álgidos, pues en caso de no ser resuelto a la brevedad, pudiera causar un gran estallido en el destino turístico más importante del país.
Ojalá sea sólo un diputado quien no dimensiona adecuadamente el pleito en el que se encuentra inmiscuido el sindicato más grande la entidad, y que los otros 24 legisladores hagan conciencia sobre el asunto para darle solución inmediata.