Dos mujeres dirigen a la mafia cancunense: Clarisa Ramírez, “La 3” y la conocida como “Comandante Estrella”. Ellas fueron las que convirtieron en un infierno de proporciones insólitas a la turística urbe que, debemos decirlo, desde hace tiempo padece por la influencia de los cárteles en la vida política. Tal es una de las herencias de ex mandatario Roberto Borge Angulo a su antiguo compañero de partido Carlos Joaquín González, ahora en el ejercicio del poder Ejecutivo de la atenaceada entidad.
De hecho, Borge y Joaquín pertenecen a sendas familias caciquiles empeñadas en asegurarse el control político de la entidad, junto a Baja California Sur, más joven de la República. El medio hermano del segundo, Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía dentro del oscuro gabinete presidencial y ya fue gobernador de la misma entidad entre 1981 y 1987, además, claro de haber ocupado la presidencia del PRI un año entre 2011 y 2012, antes de la campaña peñista por la Primera Magistratura; pero aun así le dieron un premio de consolación.
Curioso, las mujeres inapropiadas son quienes aspiran al dominio territorial y político del país. Son tres quienes pretenden una candidatura, cada una desde perspectivas diferentes: Margarita, la vengadora y autora intelectual del drama de los niños quemados en la guardería ABC de Hermosillo; la impresentable ladrona yucateca, Ivonne Ortega Pacheco, de estirpe igualmente caciquil para vergüenza de los yucatecos cansados de imposiciones; y Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de Andrés Manuel, quien podría reemplazar a su marido si las cardiopatías de éste se recrudecen y le hacen imposible realizar sus aspiraciones. Sólo la tercera tiene un currículo decente y una carrera académica e intelectual intachable; las dos primeras son arribistas, asida la primera a si consorte calderón, y la segunda apostadora de modas, como las pijamas que ella misma modela.
