Si me preguntasen ¿qué duele más? Sin titubeos, respondería que el lacerante burocratismo en todas las instancias en nuestro país, el palabrerío que he tenido que escuchar, las vicisitudes que obligan a pasar, a quien desea, que México y cada uno de sus habitantes viva feliz, asumiendo sus derechos y obligaciones, mismas que hay que cumplir con cabalidad.
¿Por qué no accionaron el arma con la que me amenazaron? Es la pregunta que más difícil de responder me ha sido. En ocasiones digo que lo ignoro, en otras que uno de los tres que me cerraron el paso recibió una llamada, también respondí a esa inapropiada pregunta, pero que si llegase a suceder nuevamente, lo cual no deseo, les preguntaría, para resolverles esa duda. Ser responsables de nuestras palabras, que concuerden con nuestras acciones, inequívocamente dará como resultado algo positivo y favorable para nosotros y nuestro entorno.
Claro, preciso y directo, sin esa doble moral que estorba, como lo es el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, López Obrador, a quien tengo el gusto de conocer y trabajar cerca de él, en el estado de Campeche, hace 20 años, o poco más. Cuando la hoy alcalde de Álvaro Obregón, Layda Sansores, fue candidata a la gubernatura de ese estado, nuestro presidente, así como Porfirio Muñoz Ledo, en repetidas ocasiones, trabajaba con ellos de sol a sol, para hacer de ese estado un mejor lugar.
Por supuesto que ganó Layda Sansores, pero… ¿Qué creen? Fue un fraude más, y el PRI y su ya conocida maquinaria hizo de las suyas, de la forma más terrible, soez, e impositiva. Incluso se apertura el museo del fraude. ¡Si! Para Ripley, pero es que se contaba con tantas pruebas, posterior a las denuncias de fraude, había que exhibirlas.
Antonio Kuri se sentó en su silla y se creyó gobernador. Mientras tanto AMLO, Layda Sansores, muchísimos seres de gran calado intelectual y yo, desde mi encomienda laboral, con la prensa de medios electrónicos y monitoreos de prensa de ese estado. Desde un intenso trabajo por Campeche, en el cual aprendí tanto y agradezco al equipo por la confianza que depositaron en mi, hasta mi último aliento, mi respeto y cariño por todas sus constantes acciones enfocadas a hacer de este, un mejor país.