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noviembre 26, 2024

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Temor a AMLO

Suegras, cuñadas y comadres…Les platico que de nueva cuenta, la situación política y económica de México ocupó un espacio en la portada de la prestigiada revista británica The Economist, en el que advierte un escenario de golpeteo del próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al país, mientras que el gobierno mexicano da pasos “cortos” para prevenir sus efectos y, con ello, aumenta la posibilidad de que Andrés Manuel López Obrador gane la Presidencia en el 2018.
El artículo asegura que llegada del republicano podría significar una guerra comercial en la que el país saldría devastado. Además, considera que el regreso de Luis Videgaray al gabinete presidencial, desde la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), “se queda corto” para defender al país.
El texto de The Economist compara el efecto que provocó un asteroide que golpeó la Tierra hace 66 millones de años –que eliminó a los dinosaurios y dañó 75% de las especies vegetales–, y cuyo primer impacto fue en México, con la situación “menos aterradora” que le espera al país con la llegada de Donald Trump a la presidencia estadunidense.
“La ira y el desconcierto en Puebla se siente en México. Las promesas de Trump de hacer que México pague por un muro fronterizo, deportar a millones de inmigrantes indocumentados y eliminar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) estuvieron entre las pocas políticas consistentes en su campaña electoral, en gran parte libre de sustancia”, asegura.
El reportaje afirma que Trump no ha perdido su gusto por golpear a México y que desde antes de asumir el cargo, ya ha causado problemas:
“La inflación (en México) ha comenzado a aumentar en respuesta a la devaluación del peso causada por su elección. El banco central (Banxico) elevó cinco veces las tasas de interés en 2016; probablemente tendrá que seguir apretando. Después de un fuerte aumento de la deuda pública como proporción del PIB en los últimos años, el gobierno debe frenar el gasto”.
El texto recuerda que en los últimos meses los economistas han reducido sus previsiones de crecimiento del PIB para 2017 de 2.3% a 1.4%. También da cuenta del gasolinazo y sus efectos sociales.
The Economist plantea que si Trump declara la “guerra económica”, la situación empeoraría y plantea el escenario:
“La economía podría caer en recesión, al tiempo que México se está preparando para una elección presidencial en 2018. El pugilismo de Trump aumenta las posibilidades de que Andrés Manuel López Obrador, un populista de izquierda, vaya a ganar.
“Probablemente contrarrestaría el proteccionismo estadunidense con el tipo de nacionalismo económico autodestructivo al que México ha recurrido desastrosamente en el pasado. Las reformas vitales de energía, telecomunicaciones y educación, promulgadas bajo el actual presidente de México, Enrique Peña Nieto, podrían ser revertidas”.
El texto incluye voces de funcionarios del gobierno mexicano que plantean dos peligros principales en la presidencia de Trump: que Estados Unidos renunciará al TLCAN, después de seis meses de aviso, o lo destrozará colocando barreras comerciales; y que para forzar a México a pagar por el muro fronterizo, el republicano cumplirá su amenaza de bloquear las remesas de los inmigrantes que representan unos 25 mil millones al año en la economía mexicana.
Sobre la advertencia de deportar a millones de inmigrantes indocumentados a la frontera norte de México, el reportaje lo menciona como una amenaza menor, pues asegura que si el gobierno de Barack Obama deportó unos 175 mil mexicanos al año, la administración de Trump “tendrá dificultades para aumentar ese número”.
Por otro lado, plantea que los planes republicanos de imponer las importaciones como parte de una reforma del impuesto sobre la renta corporativa golpearían duramente a México. Ese, agrega, es un problema que deben abordar los socios comerciales de ambos países.
Sobre el regreso de Luis Videgaray al gobierno de Peña Nieto, –tras renunciar a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, luego de invitar al entonces candidato Trump a México y ganarse el repudio de los mexicanos–, The Economist interpreta la acción como que el mandatario mexicano actúa como si el republicano fuera más razonable de lo que parece.
“Ahora Peña lo ha traído de vuelta (a Videgaray), como secretario de Relaciones Exteriores. Pero su tono se ha vuelto más duro. Peña rechaza ahora los intentos de Trump de influir en la inversión ‘sobre la base de temor o amenazas’”, asegura.
Según la publicación británica, para algunos la recontratación de Videgaray parece una jugada inteligente, pues se cree que tiene amistad con Jared Kushner, yerno de Trump, quien se convertirá en consejero en la Casa Blanca.
“Pero los mexicanos lo miran (a Videgaray) con desdén. Al dirigirse a un miembro de su círculo íntimo para gestionar la relación de México con Estados Unidos, Peña perdió la oportunidad de contratar a alguien con ideas frescas”, afirma.
Por ello, recomienda: “El gobierno debe hablar con congresistas, políticos estatales y líderes empresariales. También debe movilizar a los 35 millones de personas de origen mexicano que viven en los Estados Unidos”.
Y da cifras que respaldan el consejo: Unos cinco millones de empleos en Estados Unidos dependen del comercio con México; además, cuando éste envía mercancías al norte, 40% de su valor proviene de insumos comprados en Estados Unidos.
Luego, plantea: “Los funcionarios esperan que la nueva administración opte por las versiones más fluidas de trumpismo. En lugar de derogar el TLCAN, tal vez Trump lo renegocie, incorporando nuevas normas para proteger la propiedad intelectual y el medio ambiente. Otra táctica que se está considerando es impulsar las importaciones de los socios mexicanos del TLCAN. La idea es que la reducción del superávit comercial de México con Estados Unidos, alrededor de 59 mil millones el año pasado, daría a Trump una victoria que podría vender a sus partidarios proteccionistas”.
No obstante, advierte que si la conciliación falla, “México tiene pocas opciones atractivas. En una guerra comercial, sufriría horriblemente. Aumentar sus propias tarifas haría daño a sus propios consumidores”.
De acuerdo con la nota de dicho portal, el semanario The Economist asegura que pese a todo este panorama México no está indefenso. Entonces recuerda que en el año 2009 impuso aranceles a unos 100 productos estadunidenses, luego de que Estados Unidos prohibió a los camiones mexicanos circular por sus carreteras para proteger los empleos de los conductores de ese país. “Eso llamó la atención de los políticos estadunidenses: el lobby pro-comercio prevaleció”, dice.
Enseguida, cuenta que analistas mexicanos piensan en la manera en que el país podría afrontar esos retos. Y describe: “El maíz, cultivado principalmente en los estados que votaron por Trump, será un objetivo tentador. Los Estados Unidos vendieron cerca de dos mil 500 millones a México en 2016. Ante la pérdida de su mayor mercado, los agricultores estadunidenses de maíz podrían presionar a la Casa Blanca para que cediera”.
Y es que ya hay un antecedente, aclara: “el pasado 6 de enero, 16 grupos agrícolas estadunidenses advirtieron en una carta a Trump y Mike Pence, vicepresidente electo, que la interrupción del comercio con México y otros países tendría ‘consecuencias devastadoras’ para los agricultores, que ya sufren los bajos precios”.
Con ello, The Economist concluye, pesimista: “Por ahora, los mexicanos están rezando para que Trump se demuestre más moderado en el cargo que durante su ascenso meteórico. Hay poca evidencia de que sucederá”.

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