“Llegó la hora de la dignidad, de que todos, por el hecho de ser parte de Quintana Roo, puedan vivir con bienestar, demos esperanza a nuestros hijos”, expresó el ciudadano gobernador, Carlos Manuel Joaquín González, en el marco de la celebración del 42 Aniversario de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Quintana Roo, así como también hizo referencia a los jóvenes, que se atrevan a soñar y quienes integramos la ola del cambio, seamos el medio para contribuir a que esos sueños se hagan realidad.
Dreamers se ha convertido en una marca, en la marca de la especulación y de la nota en primera plana, que vende, por ejemplo:
“Dreamers hallan difícil camino al volver a México”. El Financiero/ 01-03-2017
“México no tiene nada que ofrecer a sus Dreamers y Canadá esta lista para llevárselos”. Vanguardia.Mx/ 05-03-2017
“Dreamers no tendrían oportunidad en México”. El Universal/ 22-03-2017.
Dreamers en inglés, Soñadores en Español, debería ser un mismo enfoque, considerarse como esa responsabilidad que tenemos con las nuevas generaciones, esa corresponsabilidad de generar oportunidades para todos los jóvenes del mundo y como lo encomendó nuestro gobernador, ser el medio para que los sueños de los jóvenes se conviertan en realidad.
Cuando se quiere lucrar con la necesidad, o mercadológicamente se utiliza un momento o situación para beneficio personal o de unos cuantos, entonces se pierde el rumbo de construir una mejor sociedad, para los que creen que todo se compra y se vende, para los que quieren convertir la necesidad en mercancía, los recursos naturales en mercancía, los sueños o soñadores en mercancía, entonces se pierde el rumbo de construir el bien común.
Ni Dreamers, Ni Quintana Roo, Ni Cancún son una marca como tal, se requieren soñadores dispuestos a luchar para convertir sus sueños en realidad, dispuestos a pagar el precio de la preparación, a través del trabajo y la perseverancia, para que su carrera universitaria sea un medio y la meta sea la felicidad, para que a Quintana Roo y Cancún se vea, no como una marca, sino como su casa, como su pedacito de tierra o paraíso en el cual están puestos sus sueños de una vida mejor y más digna para todos.
Los verdaderos soñadores, jamás permitirán que se compre o se venda la dignidad de la persona humana, las sonrisas, el derecho a ser feliz y luchar por la felicidad de los seres queridos, son motivos para seguir adelante.
