Quintana Roo es un estado con instituciones atrasadas que no está a la altura de una participación ciudadana que cada día está más activa exigiendo cumplimiento de la administración pública, que sigue teniendo una baja calidad institucional. Pero, lo cierto es que, quienes buscan acceder al gobierno en la actualidad, carecen tanto de compromiso ideológico como ciudadano. Lo hacen desde el pragmatismo, construyendo un discurso vacuo, lleno de ambigüedades, expresiones demagógicas y conceptos de autoayuda que hoy por hoy inundan las redes sociales.
¿En manos de que gobiernos estamos?, es la pregunta que deben contestar los asesores de marketing que tienen más imaginación que un novelista y son los responsables intelectuales de la estrategia discursiva de los gobernantes con ausencia de políticas públicas claras y medibles.
Los nuevos políticos no son mejores que los anteriores. Han surgido bajo la sombra de la Big Data y de las redes sociales. Son indolentes e intolerantes al servicio de quienes dicen a cada quien lo que quiere escuchar y, no cumplen con nadie.
La excepción son algunos municipios de los llamados chicos como los de Isla Mujeres y Puerto Morelos donde el proyecto político de sus autoridades tiene metas cumplibles y con efecto inmediato sobre la población. Juan Carrillo Soberanis, alcalde de Isla Mujeres por estos días ha estado pendiente de las labores de rehabilitación de espacios deportivos y recreativos, fundamentales para el mejoramiento de la calidad de vida de los isleños.
Quizá la gran esperanza del sexenio sea la inclusión definitiva de los municipios de la zona Maya donde el actual gobernador ha demostrado compromiso y presencia efectiva desde el inicio de su mandato.
Lo demás es pura cháchara y desilusión que marcara el rumbo de la próxima elección como en los casos de los municipios denominados grandes como Benito Juárez, Solidaridad, Chetumal y Tulum en los que el mejoramiento y calidad institucional no ha logrado permear y, la ineficacia y en algún caso la prepotencia es el signo que caracteriza a sus gobernantes.