Ya en el último suspiro de este proceso electoral, hay muchas voces que señalan que en Quintana Roo no hay nada resuelto, que la intención del voto está muy pareja, concretamente entre los candidatos del PRI y comparsa, Mauricio Góngora, y del PRD-PAN, Carlos Joaquín.
Y aún en estas instancias finales, los militantes y simpatizantes de ambas coaliciones tienen sus argumentos para echarse porras, pues mientras unos afirman que si a estas alturas la cosa está muy pareja, “en seguro triunfador será Carlos Joaquín, pues la maquinaria del PRI ya no da para más”.
Pero lo mismo sostienen los de la tienda de enfrente, al señalar que precisamente será la estructura priista la que ganará el día de la elección, ya que es mucho más grande y atraerá a más votantes el mero día de la decisión.
El caso es que si la elección realmente luce tan pareja, tanto como para que los periodistas más connotados de la política nacional afirmen que sólo en Quintana Roo y Aguascalientes no se puede hacer un pronóstico real sobre un triunfador, lo más seguro es que terminará en los tribunales.
Es una lástima que este ejercicio democrático vaya a terminar dirimiéndose en la mesa y no en la urna, como debe ser, como dicta el principio fundamental de la democracia en México.
De ser así entonces todo se solventará en un acto jurídico, en el que ambas partes presentarán a sus mejores abogados para presionar a los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para que estos resuelvan a favor de su causa.
En fin, por el momento, a los ciudadanos lo que nos corresponde es ir a votar, es cumplir con esta responsabilidad moral y con este derecho civil que tenemos como mexicanos.
Ya falta poco…