El señor Roberto Borge Angulo al igual que la inmensa mayoría de los mexicanos carece de abolengo aristocrático y sin embargo, las prácticas serviles de muchos medios le han tratado como siempre se ha hecho en nuestra historia, como alguien que al detentar el poder tuviera implícita una nobleza de dioses.
El señor Roberto Borge Angulo al igual que la inmensa mayoría de los mexicanos carece de abolengo aristocrático y sin embargo, las prácticas serviles de muchos medios le han tratado como siempre se ha hecho en nuestra historia, como alguien que al detentar el poder tuviera implícita una nobleza de dioses.
Entonces uno debe de cuestionarse acerca de ¿Dónde ésta el problema en nuestra sociedad? La contrariedad de nuestro México es que no nos atrevemos a cuestionar y sancionar a los servidores públicos desde el principio de sus administraciones, les vemos como la clase con poder, donde todo lo que digan se tiene que cumplir a pie juntillas, considerando que se les tiene que aguantar todo hasta sus tardanzas en eventos públicos, como si realmente fueran Non Plus Ultra. Nuestra sociedad está acostumbrada a servir sin cuestionar, y obvio que siempre será así, pues del otro lado está la amenaza e intimidación por parte de los que han recibido el poder desde nuestra trinchera.
Estamos acostumbrados a seguir las ordenes porque de no hacerlo, habría consecuencias que afectarían nuestro bienestar e incluso hasta la vida misma y entonces, estamos entre la espada y la pared.
Hoy el señor Borge no tiene de que preocuparse, esas malas notas en televisión, radio y prensa son pasajeras, sólo le han de provocar alguna incomodidad sin mayores sinsabores, sólo tiene que aguantar vara y el tiempo hará que le olviden, podrá seguir gozando de las mieles de la vida tal como otros más lo han hecho siempre.
Por qué en este país, sólo hacemos rabietas, lanzamos pataletas y gritamos mucho al final de cada administración. Seguramente la historia tiene mucha culpa.