En una sociedad que privilegia los valores materiales, como la búsqueda de una permanente juventud y belleza, el proceso natural de envejecimiento en el ser humano suele considerarse como sinónimo de decadencia, improductividad y hasta una forma de discapacidad, que coloca a las personas mayores en una situación profundamente desventajosa y hasta discriminatoria, no solo en el ámbito laboral y social, sino en el seno de su propia familia y comunidad.
¿Es que la homosexualidad es un derecho sólo de la juventud? ¿Que solo los mayores tenemos que reprimir nuestra sexualidad sin importar la orientación que vivamos? –Como gay parece que al llegar a los 40 o 45 años, el umbral de la reflexión se vuelve el examen de nuestra conciencia, al producirse a esta edad y decirnos que es tiempo dar paso al análisis de lo que ha sido nuestra vida.
Hoy, haciendo una reflexión, me pregunté: ¿si existen muchas parejas aún unidas a mi edad, por qué uno se tiene que sentir solo, incluso abandonado? –Creo, desde mi parecer que los sentimientos pasan con el tiempo, hasta que uno se vuelve mayor creyendo que las oportunidades de poder conocer a alguien ya no existan, ante la probabilidad de no tomársenos en cuenta como cuando uno era joven.
Hoy la tecnología vuelve más difícil que un joven pueda importarle un gay cuarentón, que al hacerse un examen de conciencia y repasando su pasado se pregunte, dónde estuvo su fallo o qué fue lo que hizo mal para encontrarse y sentirse así, con la necesidad de amar y ser amado.
Cuando uno es joven no piensa ni pone atención en que algún día se hará mayor y que habrá que aprender cómo enfrentar el vivir situaciones de soledad, desánimo, con la necesidad de sentir que quizá no le importarás a alguien, al grado de solo revivir el pasado y recordar las primeras experiencias con quien lo cautivó por primera vez y con la esperanza de volverlo a abrazar.
Considero y creo que usted estará de acuerdo, mi estimado lector, que cuando pasa el tiempo el físico se va perdiendo y todo aquello que se vuelve añoranza y floreció, va desapareciendo junto con la interrogante, de que, si esto ahora sucede, qué será cuando se sea mayor de 50, 60 o 70 años.
No confundamos que el llegar a ser mayor, ¿a uno se le vuelve prohibido intentar de nuevo ser feliz y encontrar a “esa persona” con quien podría compartir los últimos años de su vida?, pero creo que cuando una persona desarrolla y ejercita capacidades distintivas como su creatividad, consciencia crítica, libertad, integración afectiva y apertura a la trascendencia, es entonces cuando la vida nos está diciendo que nos hemos construido en plenitud como seres humanos.
¿O que acaso la vida no es algo más que el puro placer del sexo?
