El 19 de septiembre de 1985 a las 7:15 hrs. La señora Isabel estaba muy inquieta, tenía siete meses de una muy deseada y esperada niña y con un embarazo de mucho riesgo, vivía en Peralvillo 85, interior 1119, en un edificio viejo y deteriorado, de más de siete décadas de construido, con escaleras y paredes agrietadas.
Parecía que los dolores se intensificaban porque empezó a gritar, lo que despertó a propios y extraños y segundos después todos gritaban y corrían de un lugar a otro, la señora Isabel sentía que todo se movía y cayó al piso por todo el ajetreo, y alcanzó a escuchar una voz desesperada que decía: “está temblando, sálganse todos a la calle”.
Fue uno de los días que México fue sacudido, literalmente, por uno de los terremotos clasificado como el más significativo y mortífero de la historia escrita de nuestro país y su capital.
Isabel logró levantarse del piso con la ayuda de su esposo y atendió inmediatamente el llamado de una de sus vecinas que era parte del equipo de Protección Civil de la delegación Cuauhtémoc.
“Está temblando, sálganse todos a la calle”, a diferencia de muchos otros que se resistían a salir, se metieron en los baños, se acurrucaban en sus camas en familias completas y se cubrían con las cobijas, pero la señora Isabel a pesar de su estado de embarazo y los riesgos que tenía, aun así insistió a su esposo que hicieran caso, que siguieran las instrucciones que se daban.
A las 8 de la mañana estaba naciendo Lucy, la pequeña hija de Isabel, pero hija también del terremoto del 85, y las primeras palabras que recibió del médico fueron: Gracias a que siguieron instrucciones, usted y su hija están a salvo aunque allá afuera hay un caos terrible, incluso muchos de sus vecinos ya no pudieron salir del edificio porque fue de los más afectados.
La mejor manera de cooperar en una contingencia, no es necesariamente, tratando de ser el héroe, ni tampoco inventando lo que ya está inventado, tampoco es creando pánico, ni menos exagerando en los acontecimientos, LA MEJOR manera de colaborar es precisamente SIGUIENDO INSTRUCCIONES, y justamente en esta temporada de huracanes, para quienes vivimos en Quintana Roo, es lo que deberíamos hacer, primero informarnos por las vías oficiales, atender las recomendaciones de prevención y tal como lo hizo la señora Isabel, “Seguir Instrucciones” de quienes saben y tienen la autoridad.
Minimicemos los riesgos de vernos afectados por el impacto de un fenómeno natural como lo es un huracán, sigamos instrucciones y salvemos nuestras vidas sin poner en riesgo las de los demás.