La sociedad mexicana tiene altas expectativas en el arranque del Sistema Nacional Anticorrupción. Ya no hay marcha atrás para que el próximo 18 de julio operen en todo el país las piezas del nuevo mecanismo que nos permitirá acabar con la corrupción y la impunidad en México.
Este cambio estructural es un logro de la colaboración entre diversos sectores de la sociedad. Sin duda el mayor impulso que le ha dado vida es la exigencia social, como lo vimos en el éxito de la Iniciativa Ciudadana que culminó en la aprobación de la Ley de Responsabilidades Administrativas, popularmente conocida como la “Ley 3 de 3”.
Hoy, con ese mismo espíritu y sumando fuerzas con Transparencia Mexicana, el Instituto Mexicano para la Competitividad y otras organizaciones, miles de voluntarios de COPARMEX, a través de las Federaciones y 65 Centros Empresariales de todo el país, estamos trabajando con organismos sociales locales, con universidades y con legisladores con el fin de realizar un esfuerzo colectivo para tener a tiempo los Sistemas Estatales Anticorrupción y para que queden conformados los cuerpos de ciudadanos que son el corazón del Sistema Nacional Anticorrupción.
Por ningún motivo vamos a aceptar que los ciudadanos que estarán al frente de los comités de participación ciudadana y los comités coordinadores de cada sistema local Anticorrupción sean nombrados por los gobernadores o surjan como resultado del reparto de cuotas partidistas, como se pretende en algunos estados que aún no han aprobado su Ley Estatal del Sistema Anticorrupción.
En este momento la prioridad es tener en las Fiscalías Anticorrupción locales y los comités ciudadanos a los mejores hombres y mujeres, íntegros, independientes, imparciales, y ajenos a cualquier conflicto de interés, que sean implacables contra todo acto relacionado con la corrupción.