Que si Carlos Joaquín va a presentar más denuncias contra Roberto Borge, que si Cristina Torres hará lo mismo contra Mauricio Góngora, que si… Ok, esas fueron parte de sus promesas de campaña, el demandar justicia contra los excesos y los abusos, pero ¿y cuándo se van a poner a trabajar por la gente?
No se puede dudar que la sociedad aplaude que los presuntos delitos sean sancionados para terminar con al impunidad y sentar un gran precedente, pero la realidad es que la entidad tiene otras muchas carencias, es víctima de los rezagos y en muchos casos hasta viven en la zozobra.
Bien asentamos en entregas anteriores que Quintana Roo no puede esperar, han sido muchos años en los que la obra y la dotación de más mejores servicios ha sido prácticamente nula.
Es tiempo que el gobernador, su equipo e incluso los presidentes municipales se echen un clavado a las justos reclamos de la población, los mismos que les fueron externados una y otra vez durante las campañas.
Mucho se habló del gobierno del cambio, cuando en realidad no se ha visto tal, y por el contrario, sólo se ha notado un dejo de pasividad, de “aquí no pasa nada”, cuando en realidad sí pasa, y mucho.
No sabemos que sucederá con el gobierno que encabeza Carlos Joaquín, pero los expertos en la materia ya vislumbran que los presidentes municipales saldrán con su batea de babas, al término de los dos años de su mandato: “Es que no pude hacer nada por el reguero que me dejó el gobierno anterior”.
El hecho de que las administraciones municipales sólo tendrán una duración de dos años, no los exime a que den resultados. No se puede tolerar que sólo dejen pasar el tiempo y se dediquen a dizque gobernar.