Suegras, cuñadas y comadres, les comento que hace unos días, cuando salió el “borregazo” de manos de Isabel Arvide sobre la libertad del ex gobernador Mario Villanueva y su escondite dentro de su casa en Chetumal, que todo fue una sarta de mentiras, me quedé pensando “si todo esto fuera realidad ¿qué?”, sólo como parte de mi imaginación y no sobre una posibilidad desmentida por el mismo ingeniero.
E irremediablemente pensé en la postura que debía de tener, ya no tanto Roberto Borge, a quien ya le quedan unos cuantos días en el poder, sino Carlos Joaquín González, al recibir a un ex mandatario encarcelado injustamente por el mismo partido que desdeñó al hoy gobernador electo.
Pero sobre todo me pregunté cuál sería la posición del próximo mandatario estatal ante una eventualidad de tal magnitud, tomando en cuenta que Mario Villanueva ha sido el gobernador más querido por la gente en el estado, especialmente en el sur.
Resulta interesante pensar cómo reaccionaría Joaquín González al enfrentarse con el único ex mandatario estatal que de manera abierta se pronunció a su favor antes, durante y después del proceso electoral.
Por supuesto que recordé lo dicho por el entonces candidato del PRI-PAN al gobierno del estado, quien reconoció la labor de Villanueva como gobernador, al grado de afirmar que retomaría programas sociales realizados por él.
Incluso estableció que en caso de ganar seguiría muy de cerca el proceso el ingeniero, a manera de ayudarlo en lo que pudiera, ya como gobernador.
De esa manera quedó estrechada la relación entre ambos, una comunión que no tengo duda que se dará con Villanueva y con su gente, gente de trabajo, tanto en el sur como en el norte de la entidad. Ahora sólo falta esperar que en realidad el ingeniero recupere su libertad.
