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noviembre 26, 2024

Sin Categoría

Que siempre No…

Ante la necesidad de visibilizar la “discriminación” frente al rechazo del Congreso de nuestro país de no darle entrada a la propuesta de reforma constitucional del Presidente Peña en materia de igualdad a las uniones civiles entre personas del mismo sexo, me permito compartir mi punto de vista señalando que el pleno de legisladores que votaron en contra la iniciativa de reforma menoscabaron los derechos humanos no solo de la población LGBT sino también de todo aquel o aquella  ciudadana que no encajaba en el cliché de su conservadurismo vetusto, ya que el haber actuado con toda discriminación y pasando por alto la Constitución Política Mexicana como algunos tratados internacionales en materia de matrimonios y diversidad sexual, impidieron el fortalecimiento de la pluralidad y la democracia de nuestro país con una iniciativa que era incluyente y que tarde o temprano será realidad no solo en México sino en todo el planeta. En los tiempos aciagos que vivimos, debemos de sentirnos más que nunca con una necesidad de comprometernos a construir una mejor sociedad que coadyuve la regeneración del tejido social tan lastimado por la violencia, la corrupción, la impunidad y los atropellos a los derechos humanos que se viven en México y sobre todo en Quintana Roo, por lo que a una semana de haberse rechasado esta iniciativa, debemos tener presente que una indiferencia no puede ser entendible ni tampoco comprensible cuando se violenta el respeto a la vida y a la dignidad de cada ser humano esta vez, con preferencias sexuales distintas a la heterosexual, ya que al no haberlos considerados como valor fundante y esencial para la convivencia social en la que todos y todas participamos resulto lamentable la grave omisión y menosprecio de cada uno de ellos, sin que haber considerado el Principio a la No Discriminación contenido en la CPEM ya que al haberlo respetado podían haber beneficiado a parejas del mismo sexo y a todas aquellas familias distintas a la nuclear que llevan vida en común, y que a ninguna les asiste el sustento jurídico. Considero que su decisión sucumbió ante la imposición de una uniformidad forzada y artificial sin que hoy justifique más allá de una supuesta incompatibilidad entre el reconocimiento legal para el matrimonio natural y otras formas legales apropiadas para las uniones de parejas del mismo sexo; aquí la necesidad que para construir juntos una mejor sociedad bajo los principios de participación y de gobernanza, todas las voces deben ser escuchadas ya que el respeto a los derechos fundamentales de todos debe ser el principio-guía del diálogo entre la ciudadanía y el gobierno al margen de la naturaleza.

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