Suegras, cuñadas y comadres. Por más que le busco, no puedo encontrar la razón por la que algunos rechazan que se revisen las cuentas públicas del Ayuntamiento Benito Juárez en la administración anterior, y menos si éstas fueron aprobadas por el Congreso de la XIV Legislatura, lo cual, en teoría, debe indicar que “todo está en orden”.
Bien dicen que “el que nada debe, nada teme”, y si las cuentas públicas de Paul Carrillo cuadraron perfectamente, sería hasta un orgullo para el PRI y PVEM que se dé a conocer un resultado inmaculado, intachable de estas cuentas.
Al fin, Paul Carrillo se pavoneó una y otra vez, cuando era presidente municipal, de que su administración fue extraordinaria, y que debido a ello no adquirió un solo centavo de deuda.
Por supuesto que se debe permitir que sean revisados todos los documentos que la Auditoría Superior del Estado requiera y de hecho la ciudadanía así lo pide, con todo derecho, para que no quede ningún tipo de duda.
Se afirma que la autoridad pide la revisión de los documentos del pago del impuesto predial de los años 2014, 2015 y 2016, ya que tiene algunas suspicacias que bien vale la pena aclararlas a la perfección.
Nomás aquí hay algo que sí sería bueno precisar a los panistas y a los perredistas: El que se ríe, se lleva, y con la misma vara con la que están midiendo, más tarde serán medidos, por lo que deberán andar derechitos y no seguir con las transas que están cometiendo y que ya son vox populi, porque no deben olvidar que sus cargos tienen fecha de caducidad.
Y bien, dicho lo anterior, pues adelante, y en caso de encontrar anomalías, que actúen conforme a derecho, con todo el rigor de la ley, porque ya estamos hasta la madre de tantos abusos.