¿Existe un plan, lo que realmente quiere decir un plan, de la autoridad federal para combatir la violencia en Quintana Roo? Sobre todo en Cancún, donde ya se rebasó cualquier calificativo.
Nos mandaron, o mejor dicho nos dejaron porque ya estaba aquí, a un responsable de la policía federal, Juan Manuel Ayala que presume ser experto en secuestros. ¿Esto quiere decir que va a hacerse cargo de estos delitos?
En verdad, ninguno sabemos bien a bien cuál es la responsabilidad de esta “policía” en la confrontación con el crimen organizado, con las ejecuciones de cada día en nuestro estado. ¿Para qué están aquí, qué hacen?
Quiero suponer que ellos, los policías federales, junto con los militares y los marinos, “investigan” qué pasa… Por lo menos deberíamos esperar que eso sucediese, pero la pregunta es si esas conclusiones de “inteligencia” llevan a algo.
Tenemos, así fue informado, un general como “asesor” de seguridad pública o cómo quiera llamarse el tema, pero es invisible, y conste que Bahena es un tipo de primera, pero no lo vemos.
¿Comparten información los marinos con los militares y estos con las autoridades estatales y municipales? ¿Confían en nosotros? ¿Cuáles son las instrucciones que tienen? ¿De esta información compartida devienen operativos que desconocemos? Y si así fuese, quiero ser optimista, por qué ni militares ni marinos ni policías federales ni las autoridades locales han parado la espiral de violencia.
¿Es que no se puede? ¿A quién corresponde hacerlo? Porque podríamos estar haciendo señalamientos contra la autoridad equivocada.
Esta es la pregunta más importante. Porque si todas las ejecuciones son parte de una “guerra” de grupos criminales por apropiarse de la “plaza” que es el Estado, para la venta y trasiego de droga, la responsabilidad es federal. Al menos así dice la Ley.
Y si la responsabilidad de combatir al crimen organizado, que está dejando muertos en nuestras calles, es federal, por qué no hacen algo con eficiencia, por qué no ha habido resultados.
La noticia de esta semana es que 700 soldados que viven en Quintana Roo, que seguramente son oriundos en mayoría, fueron enviados desde Chetumal a Tamaulipas a “ayudar”, “apoyar” o lo que corresponda. Es decir, los mandaron a darse en la mad… con los criminales allá… Y por qué no aquí… ¿Qué urgencia existe en Tamaulipas que sea más importante que nuestra realidad? ¿Cuál es el criterio detrás de esto? Las consecuencias de la violencia, de las ejecuciones, de los levantones, de los asesinatos, ya se comienzan a sentir.
En Quintana Roo se vive, todos vivimos, del turismo. Y los visitantes no quieren estar en medio de una balacera, ni ver las primeras páginas llenas de cadáveres que tenemos todos los días… ¿Serían tan amables de comunicarle esto a los militares, marinos, policías federales, y demás?