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noviembre 26, 2024

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Pura maldad (parte II de II)

Y es que la maldad de los criminales no tiene en consideración que la mayoría de los trabajadores de todo lugar en esta ciudad, laboran por una necesidad de llevar a sus hogares el sustento, son quienes se ponen la camiseta para ganarse sus propinas, para llevar de una manera honesta lo que se necesite en su hogar. Los dueños de los locales, se guisan aparte, pues con la mano en la cintura pueden cerrar el negocio y mudarse con su capital a otros sitios con más protección. Pero los empleados no, ellos dependen de que se abran fuentes de trabajo.

Y lo terrible de todo este asunto es que la gran mayoría de los criminales tienen su procedencia en éstas familias, han sido hijos de madres luchadoras, a veces de padres dedicados y abnegados, seguramente han sufrido y vivido la pobreza, saben lo que significa que sus progenitores o hermanos mayores se levanten temprano, se transporten y lleguen a cubrir sus turnos muchas veces de pie; Pero los criminales han olvidado esa parte y entonces buscan la vida fácil: amenazar, cobrar y vivir de las rentas a través de un negocio turbio, violento y letal no para los ricos y dueños del negocio, sino para sus propias familias que dependen de ello.

Deberían de tener reglas claras sobre el respeto a los trabajadores de todo negocio, deberían de buscar alternativas que les permitan generarse ingresos pero de manera honesta. Pensar en la familia implicaría replantearse si su modus operandus es lo correcto, deberían de analizar el esfuerzo de esas personas que pierden sus entradas de dinero por causa de ellos y deberían de respetar a los que vienen de la misma camada que ellos. ¿Qué opina usted?

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