JULIÁN PUENTE

f  Julián Puente Sánchez

Basura electoral, a la carga

Desde antes de que iniciaran las campañas electorales escuche un par de veces de amigos inconformidades sobre el desarrollo de las campañas electorales, sobre todo lo que tiene que ver con la llamada basura electoral. Recordemos primero que nada que la reforma electoral de 2007 pretendía poner un freno legal a los partidos políticos para evitar entre otras cosas, el gasto excesivo en publicidad. Sin embargo, es evidente que en ese sentido la ley está pasando desapercibida para los partidos desde hace algunos años ya que no retiran su propaganda de postes, espectaculares, luminarias generando con ello contaminación visual. Usualmente nos referimos a basura o desechos para identificar a todos los materiales sobrantes que aparentemente no pueden prestarnos más utilidad. Las campañas políticas dejaran seguramente en calles, puentes y mobiliario urbano centenares de toneladas de basura, de la cual solo se podrá reciclar cuando mucho el 50 por ciento. Es por ello que resulta importante que el órgano electoral inste a todos los institutos políticos a hacerse responsables de su propaganda y someterla al mismo tratamiento. La propaganda electoral plástica es la más tóxica para el medio ambiente, pero también la más ineficaz para formar ciudadanos ya que es totalmente superficial los cuales no plantean ideas o propuestas, ni incitan al debate, simplemente afean las calles y transforman la política en un asunto de marketing vulgar que impone la imagen sobre las ideas.