Hay muchas cosas que caracterizan a un mexicano: su calidez, buen humor, ser afectivo, el amor por lo picantes… y la marca en forma de “boquita” en su brazo derecho. Si siempre te lo has preguntado, aquí te decimos por qué los mexicanos tenemos esta cicatriz en el brazo.
Aunque no todos los mexicanos la tenemos, sí la mayoría, en especial si eres millennial o incluso si naciste después de los años 50. La razón es que esta cicatriz es provocada por la vacuna contra la tuberculosis, también conocida como BCG, que empezó a aplicarse en esta época y se administra después del nacimiento.
Esta cicatriz no es más que parte de la reacción normal de tu cuerpo. De acuerdo con información de la Secretaría de Salud, comienza como un nódulo que se convierte en úlcera y, posteriormente en costra que, al caerse, de 6 a 12 semanas después de la vacunación, queda como cicatriz, cuya forma también puede depender de tu tipo de cicatrización y si fue colocada correctamente.
Aunque no es la única reacción, pues también puede presentarse inflamación de los ganglios de la axila del brazo vacunado, ésta es la más común… Entonces, ¿si no tengo esta cicatriz no fui vacunada?
Si bien la cicatriz es certeza de que te vacunaron, no tenerla no significa lo contrario, pues la Asociación Española de Vacunología, revela que esta reacción aparece en el 90 a 95 % de los vacunados, por lo tanto, es muy probable que sí hayas sido vacunada. Revisa tu cartilla de vacunación para confirmarlo. Y recuerda que si naciste 1970 y 1989, podrías necesitar esta vacuna.
Un poco de historia sobre la vacuna BCG
Primero es importante saber por qué se le llama BCG si es para la tuberculosis. Y la respuesta es sencilla: se trata de una preparación de bacterias vivas atenuadas derivadas de un cultivo de bacilos de Calmette y Guérin (Mycobacterium bovis); en pocas palabras, significa: Bacilo Calmette y Guérin.
Sobre su presencia en México, se tiene conocimiento de que en 1948 se introdujo en México la cepa de BCG, utilizada para la vacuna BCG líquida y fue en 1951, cuando se inició la vacunación contra la tuberculosis, realizándose campañas masivas durante los años 50.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) es muy clara en la importancia de vacunar a los recién nacidos, pues esta vacuna tiene un efecto protector en los lactantes y niños pequeños, excepto aquellos con VIH, algún tipo de cáncer, entre otras contraindicaciones, que los médicos conocen.
Recordemos que la tuberculosis es una enfermedad infecciosa potencialmente grave que afecta los pulmones y es causada por bacterias que se propagan de una persona a otra a través de pequeñas gotas que se liberan por la tos o estornudos, según información de Mayo Clinic.
Si bien la vacuna es un buen método de protección, especialmente contra las formas graves de tuberculosis pediátrica no pulmonar, como la meningitis tuberculosa, la OMS aclara que es poco fiable contra la tuberculosis pulmonar en adultos. Sin embargo, también es cierto que puedes hospedar la bacteria que la causa, pero no enfermarte porque tu sistema inmunitario lo impide.
Pero, si presentas tos durante 3 semanas o más, tos con sangre, dolor en el pecho o al respirar, fatiga, fiebre, sudoración nocturna (conoce otras posibles razones por las que amaneces empapada) y pérdida de peso, no dudes en consultar a tu médico.
Ahora ya lo sabes, no es una marca de nacimiento ni de varicela, simplemente es una forma de recordar que fuiste vacunada y protegida contra la tuberculosis… Aunque seguro no te diste cuenta. Ah, y lamentamos decirte que no es exclusiva de los mexicanos.
Recuerda que, además de las vacunas, una forma de combatir enfermedades es teniendo un sistema inmunológico fuerte.