Ojalá Doña Perla Tun haya medido la gravedad de sus acusaciones, al señalar que los diputados en el Congreso de la Unión le exigieron un “diezmo”, cuando solicitó recursos federales para el municipio de Cozumel.
Por supuesto que nadie puede dudar que esto se haya dado en el país más corrupto del mundo; pero conocimiento a la alcaldesa cozumeleña, creemos que lo mejor sería que la señora documente su acusación, lo cual, por supuesto, es imposible.
Y es que si bien se conoce la forma de operar en el Recinto de San Lázaro, en donde los diputados no dan paso sin huarache y quieren cobrar por dar la hora, también se sabe de la forma arrebatada de actuar de la política de extracción panista.
En el hecho fue que en plena sesión de Cabildo, la presidenta municipal de Cozumel, señaló a diputados federales por pedirle el 10 por ciento del monto de recursos federales que solicitó para obras en ese municipio.
La alcaldesa panista se ha distinguido por su mecha corta y respondió así ante la queja de un regidor priista por “la disminución del presupuesto de obra pública y la falta de capacidad de gestión de la presidenta municipal para bajar recursos procedentes de los gobiernos federales y estatales”.
Y al parecer no midió sus palabras al expresar en el Congreso ya no te etiquetan dinero a tu municipio, si no garantizas un retorno, si no garantizas un diezmo…Eso aquí, en China y en Roma se llama corrupción”.
Quizá para Perla Tun esas fueron palabras al aire ante su ya típica bocasuelta y se le hizo muy fácil hablar de “diezmos”, al haberlo escuchado alguna vez entre sus correligionarios del PAN.
Pero, si es que en realidad le exigieron un moche, entonces que dé nombre, pelos y señales, o de lo contrario que se mida y se calle.