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3 julio, 2024

Sin Categoría

Odio mi trabajo pero no puedo renunciar

Las personas que no renuncian aunque odien su trabajo tienen una dicotomía entre tener empleo y vivir sus sueños. Pero debemos decidir de una vez por todas dejar de seguir órdenes de otros para seguir tus sueños. En mis asesorías he notado que la mayoría de las personas no renuncian a un trabajo que no quieren es por miedo a no tener dinero. Se preguntan cuánto demoraré en conseguir otro. Pero aquellos que no renuncian viven su vida y mueren sin nunca saber para que eran buenos y eso solo pasa por el miedo a no tener dinero. Pero los hábitos de ganar y gastar que incorporan los ha llevado a gastar todo lo que ganan y más con sus tarjetas de crédito. son verdaderas maquinas de consumo que no les permite vivir su vida.

Las personas que tienen ese miedo son personas desempleados que trabajan si no te entusiasma tu empleo entonces eres un desempleado que trabaja. si hiciéramos una estadística de las personas que no les gusta su trabajo estas serian millones de personas. Por ello la mayoría de las personas no pueden vivir como anhelan porque no tiene mente de rico para invertir sino de pobre para gastar sus ingresos. Te voy a dar un consejo:

1).-construye tu plan B.- ve construyendo poco a poco el trabajo que a ti te gusta fuera de tu trabajo diario. Que no te interese conseguir un empleo, mejor crea tu empelo. Muchos triunfaron el día que los despidieron porque crea su negocio. Recuerda que la presión cambia el carbón en diamante y es una pena que mucha gente tanga que vivir como carbón. Presiónate, sométete a la urgencia, aviéntate al vacio arriésgate a ponerte a prueba. Pero sabiendo manejar tu dinero.

2).-incrementa tu nivel de ahorros. La palabra ahorro viene de la horro que significa liberarse de la esclavitud.

Cuanto más ahorres más libertad tendrás para decidir. No tienes que soportar un trabajo que no te gusta, un jefe autoritario o déspota o injustos. No renuncias porque no tienes ahorros que te mantengan. y no puedes vivir ni un mes sin tu salario. Has gastado el dinero que no te correspondía, solo porque tienes el hábito de consumismo de ganar y gastar y no la mente de la riqueza de ahorrar para invertir.

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