El gobierno de Roberto Borge Angulo llega a sus últimos días con muchos frentes abiertos, entre los que destacan su confrontación con varios grupos políticos, con diputados por las leyes anti blindaje y recientemente los escándalos de VIP SAESA, IPAE, y los terrenos de alta plusvalía que se dieron a conocer en cadena nacional. Lo cierto es que para el gobierno de Carlos Joaquín González y para quienes vivimos en este bello estado el cierre del año tendremos una situación económica desastrosa como indica el crecimiento exponencial de la deuda del estado. Los retos por venir del gobierno de CJ serán los de recuperar la confianza de la ciudadanía hacia sus instituciones a través de acciones concretas y se logre por fin superar la grave crisis de ingobernabilidad y la falta de apoyos sociales del gobierno para los más necesitados. Considero que es fundamental que el contenido del Plan de Desarrollo del gobierno estatal sea lo más objetivo posible y esté vinculado con las propuestas de la ciudadanía para orientar de manera correcta el trabajo del gobierno, además que el tema de la planeación será una herramienta indispensable para medir el rumbo, para poderlo trazar, pero también para evaluar los resultados que espera la población del primer gobierno distinto al PRI que llega a Quintana Roo. Creo que los triunfos no son producto de la casualidad, sino que hay que construirlos, tal como ha venido ocurriendo. Hoy el compromiso central de las nuevas autoridades deberá ser con la ciudadanía. Lo real es que Carlos Joaquin recibirá un estado con muchas complejidades, golpeado por un desastre financiero terrible, problemas en materia de seguridad y conflictos en el sector educativo. Ante ese escenario el gobierno joaquinista deberá de ponerse a trabajar intensamente los primeros cien días de su administración.
