El líder de los hoteleros de Cancún, Carlos Gosselin, está siendo un factor de desunión para el gremio, además de la pésima imagen que dio al lanzar una serie de descalificaciones y decir que hablaba a nombre de toda la industria y después ser desmentido por el magnate hotelero Alejandro Zozaya.
Y es que Gosselin la emprendió contra el gobierno del estado al decir que TODOS los hoteleros tenían duda de adonde habían ido a parar los recursos para la promoción turística.
Dijo también que la promoción actual era insuficiente, sobre todo en Estados Unidos, a la vez que qué anunció que los hoteleros harían su propia caravana promocional.
Gosselin asegura hablar a nombre de todos los hoteleros, pero llama la atención que quien le da réplica es el dueño del grupo que tiene la mayoría de los cuartos que son parte de la asociación.
El magnate hotelero Alejandro Zozaya a través de su cadena AM Resorts es dueño de la mitad de la oferta hotelera, aproximadamente unas 20 mil habitaciones.
Y según su punto de vista la promoción es buena y suficiente y en lugar de buscar confrontaciones con el gobierno, se debe trabajar de la mano a nivel municipal, estatal y federal y unir esfuerzos para consolidar a Quintana Roo como el destino número uno del Caribe.
Dos puntos de vista muy diferentes de dos hombres que se dedican a la hotelería, uno que preside una asociación y el otro propietario de uno de los grupos hoteleros más exitosos del destino y quien agrupa ir si solo la mitad de la oferta hotelera.
Es necesario que el líder de los hoteleros de Cancún recapacite y caiga en cuenta que son tiempos de unidad, en los cuales hay que trabajar juntos por el destino que nos da de comer a todos: Quintana Roo.
¿Qué tan bueno es difundir
la violencia?
Durante su visita a Cancún el día de ayer, el secretario Federal de Turismo, Enrique de la Madrid, mencionó algo que ha dado mucho de qué hablar entre comunicadores y turisteros y es el hecho de que son los mismos medios los que publicitan los hechos delictivos que ocurren en la entidad.
Puso como referencia que en los consulados tomaban la información sobre los hechos de violencia principalmente de los medios de comunicación y llamó a cuidar el destino, a no “hacerle la tarea” a otros.
Esto es un punto importante porque hay que poner en la balanza el morbo contra la imagen turística, y no se trata de callar a los medios o censurarlos, más bien de entender que vivimos en un polo turístico y que como es lógico los visitantes desean venir a un lugar tranquilo, seguro y en donde tengan la certeza de que no corren
