Se fue enero y llega febrero sin muchos cambios, las nubes grises siguen sobre territorio nacional, la población ya no siente lo duro sino lo tupido, ya no sabe por dónde recibirá el próximo golpe, si desde el exterior: a través de las humillaciones y denigrantes mensajes del presidente Donald Trump, que lo mismo lo puede hacer desde su Twitter hasta en una conferencia de prensa, desde la misma Casa Blanca, o incluso directamente vía telefónica con su homólogo de México y desgracia para muchos mexicanos, Enrique Peña Nieto; o un golpe desde el interior, es decir, un golpe doméstico: con los gasolinazos por ejemplo, o la serie de hierros que viene cometiendo el presidente EPN, como haber nombrado a Luis Videgaray como secretario de Relaciones Exteriores, cargo que el propio ex secretario de Hacienda dijo que llegaba para aprender.
Así de burdo es la política mexicana, por eso nos tratan así y se ensañan con el país, si el propio jefe del Ejecutivo federal no da signos de carácter, de fortaleza y sapiencia para enderezar el rumbo y soplar vientos que se lleven esos nubarrones que siguen amenazantes sobre nuestro cielo mexicano, su lanzamiento de la campaña “Hecho en México”, teniendo como escenario un hotel de la cadena estadounidense Hilton es el claro ejemplo de la incoherencia en que estamos siendo gobernados.
Sin duda los mexicanos somos ya expertos en resiliencia con tantos factores en contra históricamente.
En el ámbito local, en Quintana Roo por lo pronto apenas van 4 meses de que los presidentes municipales asumieron su cargo y ya muchos están viendo su plan de trabajo pero con miras a las elecciones del 2018, y es que en la contienda del próximo año en que elegiremos presidente de la República y el nuevo congreso federal, también habrá elecciones en los once municipios que conforman nuestra entidad, ahora con la novedad de que los actuales ediles pueden reelegirse, claro, si lo avalan sus actuales partidos que los encumbraron en su actual posición.
Aunque el proceso electoral comienza formalmente en septiembre, los golpes bajos, los acomodos, negociaciones y desilusiones suceden desde este momento.
La gran expectativa que genera Andrés Manuel López Obrador, que en sus dos intentos por alcanzar la presidencia en 2006 y 2012 sí bien es cierto que no triunfó, sí ganó en votos aquí en Quintana Roo de manera contundente, provocan que muchos oportunistas, arribistas, trepadores y vividores de la ubre gubernamental pongan sus ojos en Morena, partido que dicho sea de paso desaira cada vez más a sus seguidores al ver que se está convirtiendo en un hotel para los priistas que buscan hospedarse para aprovechar el efecto AMLO en las próximas elecciones.
López Obrador deberá analizar muy bien a qué personajes de la política local le abre la puerta de Morena, ya en la pasada contienda local hubo mucho conflicto interno y desaire externo por el mecanismo que se utilizó para la elección de candidatos. El Dr. José Luis Pech que también no ha sido muy bien visto como líder del partido, no debería dejarse deslumbrar con cualquier personaje como ya lo hizo con Eduardo Ovando que era ya un hombre moribundo políticamente hablando, se habla de José Luis Toledo Medina, el famoso “Chanito”, que resultó ser traicionero, y en cuanto terminó su mandato Roberto Borge no dudó en darle la espalda como se la han dado muchos que, durante su sexenio, hasta se ponían adelante del ex gobernador para recibir los golpes, embates que por cierto eran muy pocos ante los contados medios de comunicación o periodistas que sí daban a conocer la realidad que se orquestaba y ejecutaba en los altos mandos del gobierno Borgista.
Gabriel Mendicuti es otro priista que podría emigrar a Morena, el ex alcalde de Solidaridad también busca ya un espacio en el “nuevo PRI”, y es que esa frase o slogan que utilizó el Partido Revolucionario Institucional en años pasados en donde presumían la sangre fresca de sus recientes gobernadores como Javier Duarte y Roberto Borge que hoy ya son los innombrables y la vergüenza de su partido, ahora ese slogan es una realidad en Morena, y es que desde sus inicios la llegada del ex priista José Luis Pech no ha sido hasta la fecha digerida por los simpatizantes leales a Andrés Manuel López Obrador.
Así pues luce el escenario en Morena, un partido que podría considerarse EL NUEVO PRI, literal, por lo menos aquí en Quintana Roo, en fin, en la próxima columna hablaremos de los actuales alcaldes y el resto de los suspirantes y aspirantes a contender en las elecciones del 2018 en nuestra entidad.
