Por años las empresas que proporcionan el servicio de grúas en el estado han hecho lo que han querido y no había quien les pusiera un alto. Pero el gusto ya no les durará más, pues una de las prioridades que se ha puesto la dirección de Transportes de Sintra, es regular este servicio.
Y es que ante el vacío legal y la negligencia de las pasadas administraciones estatales, estas empresas habían abusado de los ciudadanos hasta el cansancio, imponiendo precios que rayaban en el absurdo. Por ejemplo, un servicio de arrastre de las afueras de Cancún hasta el centro puede llegar a costar hasta 25 o 30 mil pesos, si, leyó usted bien… 30 mil pesos por un arrastre de grúa.
La realidad es que la solución a este problema está en las manos de Sintra, pues la Ley de Transporte del estado les faculta para regular las tarifas de taxis, colectivos, arrendadoras de bicicletas, carritos de golf y el servicio de grúas, bien sea a petición del concesionario o a propuesta de Sintra.
Y aunque legalmente es una obligación del estado, no había disposición para arreglar este problema que lacera la economía de la población, por ello desde hace unos 30 años estas empresas venían operando de manera discrecional, usando como referencia las tarifas establecidas por la SCT, que al final son tarifas federales y no son obligatorias.
Ahora, ante la molestia de la gente, se busca poner orden y se empezará por la implementación de un tarifario para regular tarifas y operación de estas empresas. No todas las empresas cobran lo mismo porque no hay tarifario de referencia. La dirección de Transporte estatal trabaja en un documento que será revisado tanto por su departamento jurídico como por las empresas que brindan el servicio en el estado, que son más de 20.
Se está proponiendo una tarifa para la zona sur (Tarifa A) y otra para la zona norte (Tarifa B). En los próximos días se realizará la reunión entre autoridades y prestadores del servicio para definir las reglas de operación.
Otro problema muy importante de resolver es el manejo de los corralones, donde la mayoría de las veces los vehículos son desvalijados, se sustraen objetos de valor del interior o se les cambian piezas. Se requieren reglas de operación claras. La propuesta de Sintra es que lleve un registro de los vehículos que ingresan y que los corralones cuenten con un seguro de daños a terceros con cobertura amplia, para garantizar la integridad de las unidades.
Pero esto de nada servirá si las direcciones de tránsito de los diferentes municipios no cooperan, pues es bien sabido de los “bisnes” de los agentes con los operadores de las empresas de grúas y de cómo obligan al ciudadano a contratar tal o cual servicio.