La credibilidad es uno de los activos más valiosos para un político, los ciudadanos detectan lo artificial, la improvisación y el oportunismo; y se valora, (y suelen premiar con su voto) la sencillez, la sensibilidad, y la naturalidad.
José Antonio Meade es sinónimo de continuidad, y quienes estén contentos con el México que vivimos, de seguro lo creerán como la mejor opción.
Veamos… entre otros males, Meade aplaude la perniciosa Ley de Seguridad Interior, que institucionaliza la estrategia de la guerra, y está absolutamente comprometido con el Pacto de Impunidad, que mantiene al régimen, y cuida las espaldas de quien, o quienes lo hicieron candidato.
A su favor, tiene recursos $ así como una notable cargada mediática; sin embargo, el notorio hartazgo de la inmensa mayoría de los mexicanos, así como su dificultad para conectar con la gente, con las masas, son una losa insuperable para Meade.
El bajo índice de aprobación de Peña Nieto, alimentado por los escándalos de corrupción, la economía en declive y creciente inseguridad, han mejorado la posición del Andrés Manuel López Obrador.
El mensaje, con el que se acerca cada vez más, incluye: promesas para acabar con la corrupción, eliminar la mafia del poder, mejores pensiones de jubilación a los adultos mayores, desinflar los salarios de los funcionarios, generar empleos, poner en marcha un amplio programa de infraestructura en todo el país; AMLO (Conocido así por sus siglas) ha prometido traer un verdadero cambio a México.
Lo cierto es, que López Obrador no puede ganar solamente con el voto de los enfadados, del hartazgo generalizado, se requiere que la reflexión llegue todos los estratos sociales, el futuro de nuestra nación están en juego.
Afortunadamente, las tecnologías de la información, las redes sociales, elementos importantes en la época actual, nos permiten un amplio acceso a la información, lo que entre otras cosas, nos empodera, para exigir y dar seguimiento al actuar de nuestros gobiernos.
El candidato, cualquiera que llegue al poder, deberá (entre otras cosas) estar consciente, que el seguimiento de lo prometido, será minuciosamente vigilado.
Le invito a seguirme en redes sociales.