Todo parece indicar que toda la violencia, la inseguridad, los asaltos y la psicosis que se vive en Cancún, se verán aderezadas a partir del próximo lunes 19 de mayo por un cúmulo de manifestaciones de protesta contra la 47 Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA) a celebrarse en esta ciudad.
Ya existen versiones muy serias del arribo numeroso de grupos de protesta que han empezado a llegar a Cancún, principalmente conformados por gente procedente de Venezuela y de Cuba, estallando las marchas en especial el mismo lunes, cuando en el seno de la OEA se analizará el caso del país sudamericano que ya inició el proceso de salida de esta organización.
Y aun cuando el evento se llevará a cabo en el hotel Moon Palace, ubicado entre Cancún y Puerto Morelos, convertido éste en un búnker, se dice que las manifestaciones pudieran afectar la circulación sobre la carretera entre ambos municipios.
Fue el mismo embajador de México ante la OEA, Luis Alfonso de Alba, quien decidió cambiar la sede del evento de la Ciudad de México (donde originalmente se llevaría a cabo) a Cancún, “por cuestiones de seguridad”.
El argumento de esta persona fue el problema de movilización de los invitados a la Asamblea en la capital del país, donde dijo que se corre un riesgo debido a las continuas manifestaciones que se realizan en aquella metrópoli, cuando la realidad es que son ellos quienes arrastran este tipo de expresiones multitudinarias.
Como sea, a partir del lunes, los cancunenses deberemos estar preparados para apechugar no sólo ante la ola de crímenes que se viven en la ciudad un día sí y al otro también, sino por las manifestaciones que se llevarán a cabo en protesta contra medidas de la OEA, cuya Asamblea será inaugurada por el presidente Enrique Peña Nieto.
Mientras esto ocurre, la policía estará ocupada en el cuidado de los invitados a tan magno evento, dejando al garete a más de un millón de cancunenses.