Sergio Salazar
Trampa para turistas
A las autoridades de vialidad:
Es de suma importancia que noten algo realmente sorprendente… Cancún y los destinos de Quintana Roo viven del turismo.
Y es que parece que no lo saben. Por el contrario, las terribles nomenclaturas y complicada vialidad de esta ciudad dejan en total indefensión a los turistas, especialmente a los que vienen de la misma Península y el Sureste a visitar familiares y amigos, a dejar sus ahorros en nuestras atracciones, hoteles y centros de servicio, pero quienes al manejar, parecen chivos en cristalería y se convierten en presas de extorsiones y abusos, atentando las autoridades contra las divisas.
Por las aberraciones viales nuestras de cada día, los turistas caen víctimas de las autoridades de tránsito, que lejos de vigilar se respeten los límites de velocidad y no se susciten hasta cinco choques en un día, con volcaduras y hasta peatones prensados, como sucedió este viernes, prefieren estar a la caza de turistas, quienes sí o sí, van a cometer cualquier cantidad de infracciones.
Recapitulemos: solamente un cancunense sabe que las banderas de las avenidas no dicen sobre cual vía se circula sino la que está más adelante. Solamente un cancunense sabe que no se puede seguir de largo sobre la Andrés Quintana Roo, al cruzar la Kabah, porque se metería en sentido contrario sobre la Xcaret. Solamente un cancunense sabe que la avenida Sayil cambia de nombre a Labná, luego a Tankah, luego a Xelha, y luego de nuevo a Tankah, hasta morir en la Chichén Itzá…
Ejemplos sobran. Es digno de una investigación el aclarar el por qué de esta ingeniería vial de esta ciudad turística, que por su complejidad se convierte en una trampa para turistas.