Todo servidor público tiene grandes responsabilidades ante el pueblo que le eligió. Una de ellas es la que concierne al manejo del dinero.
Uno de los compromisos es administrar los recursos, organizar, optimizar y designar a través de un presupuesto hacia donde se dirigirá el dinero que se tiene estimado, todo ello a partir del denominado Producto Interno Bruto (PIB), que es la riqueza que la Nación genera a través del buen manejo de sus recursos naturales, de la transformación de éstos, y de la segura venta tanto nacional como internacional de los mismos. Para el caso de nuestro Estado, generamos un porcentaje muy elevado de éste PIB lo que permitiría un óptimo manejo de recursos, y una excelente economía para sus habitantes.
Sin embargo, se deben de considerar varios factores antes de poder cantar victoria y sentirse seguros del lugar donde uno vive. Primero, con el creciente Neoliberalismo- a nivel mundial -, la nueva forma de administración del presupuesto se ha visto transformado, la Banca se ha visto beneficiada a través de rescates económicos que le permitan mantenerse a flote. Hasta mediados del siglo pasado, cuando un banquero llevaba a la quiebra el negocio, éste tenía conflictos legales que les podrían poner tras las rejas.
En el 2008-2009, en Estados Unidos se presentó un grave problema con la llamada burbuja inmobiliaria, que les llevó a una recesión que a todos nos afectó. Y efectivamente, el rescate de la banca llegó a través de la inyección de dinero pero, ¿De dónde se obtiene ese dinero? ¿Cómo puede ser que el gobierno le pueda proporcionar protección?
En segundo punto, se tiene que considerar el factor denominado: corrupción.
