La Declaración Inglesa de los Derechos, así como la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1946 proclamaba en su momento la igualdad sustantiva para todos aquellos que aspiraban como respuesta a conflictos y levantamientos, a una democracia constituida más justa y menos inhumana.
El primer proyecto de Declaración Universal de los Derechos humanos se propuso en septiembre de 1948 ante la demanda de un mundo dividido en dos bloques liderados por gringos y rusos, en este siglo la misma declaración es considerada como el fundamento principal de normas internacionales sobre los Derechos Humanos de todos quienes vivimos en este mundo al estar integrada por tratados internacionales de derechos legalmente vinculantes a la promoción de los mismos. El pasado viernes, su relevancia no resultó serlo, ya que desde mi perspectiva, un acto de barbarie permitido volvió una revuelta demandante que proclamaba justicia, en un acto violatorio de derechos de un ciudadano ruso.
Fue un evento vergonzoso que hoy ha dado la vuelta al mundo por no solo sus escenas sangrientas sino por la pasividad de las policías del municipio, del estado y la federal, quienes contemplaban como una turba, madreaban a un ciudadano; mientras otros, en redes sociales, compartían un circo transmitido, donde autoridades y ciudadanos cómodamente siguieron en cada momento las agresiones, donde ni el aire ni las oraciones ayudaron a un demente ruso, ucraniano, esquizofrénico o loco a que la autoridad o algún defensor actuara .
Les pregunto a quienes por horas presenciaron este circo en redes sociales, se percataron en algún momento de la presencia de un “visitador” de la Comisión de DERECHOS HUMANOS, porque si bien para unos la agresión en ese momento a un ciudadano ruso resultaba un hecho aislado, para mí resultaba no serlo y creo también para la CDHQROO lo fue, donde una paliza perpetrada no le fue importante para enviar investigar pese a que con libertad pudieron haberlo hecho por oficio en ese momento ante un acto indigno como el de la omisión de autoridades.
