¿Cuántas veces nos sentamos a jugar videojuegos y perdemos la noción del tiempo?, hoy en día la adicción a los videojuegos es algo que vemos normal en nuestros tiempos pero no medimos lo problemas que esto puede traer sino se le da la importancia que merece. Pata que nos demos una idea, en promedio los niños entre 6 y 11 años de edad pasan más de 600 horas al año en el aula escolar, lo cual no es nada si se comparan con las más de mil 600 que en promedio pasan anualmente frente a la televisión, ya sea viendo alguna caricatura violenta o sin ningún tipo de mensaje lúdico positivo o simplemente jugando el famoso Xbox o el PlayStation.
En lo particular consideró urgente que exista una legislación que impulse el desarrollo tecnológico de calidad educativa, ya que los medios de comunicación tienen gran incidencia en los niños al encontrarse en plena etapa de formación y vulnerabilidad. Pero también creo en el derecho de cada cual a decidir que puede o no puede ver, o hacer, y asumir las consecuencias.
Así pues, no debe existir censura previa y sí, en cambio, más exigencia de responsabilidad y más implicación por parte de educadores y padres, si es que de veras lo son y asumen lo que ello implica. Algunos países ya han tomado ciertas medidas para poder contrarrestar este tipo de situaciones es el caso del estado de Oklahoma, en EEUU, que aumentó un 1% al impuesto de videojuegos de carácter violento. No soy quién para decirle qué es lo correcto o incorrecto o cómo deben manejar sus vidas, lo que sí puedo decirles es que todo tiene un límite. Jugar es divertido, más si se hace en compañía. Pero son sólo eso, juegos. Un hobby, que por más que nos interese no puede dejar de lado la salud, la familia ni nuestras responsabilidades.
