La situación del migrante en los Estados Unidos si bien no ha sido un lecho de rosas, tampoco ha sido abandonada, lo cierto es que en ese país, a lo largo de muchos años la lucha por el migrante y su estancia ha sido de siempre, se han creado instituciones dedicadas a auxiliarles para logar su objetivo.
La otra realidad es que mucha de nuestra población que emigró se fue con carencias no sólo económicas sino también de tipo educativo, circunstancia que les llevó a catalogarse como seres ignorantes, con poco participativos en su rol de ciudadanos. De tal manera que el buscar una estancia legal se vio truncada por esa falta de desenvolvimiento, de interés.
Hoy el destino les ha alcanzado a muchos de ellos, el brazo de la ley de un país que ha decidido sacudirse a quienes no fueron capaces de tramitar su estancia legal, y que además cuentan con ilícitos, les ha tomado en sus casas, trabajos, la calle y donde quiera que se encuentren, de manera implacable, así que llegaran cientos de ellos, con esa tristeza y nostalgia por un sistema que les trataba muy bien.
La realidad para el migrante es caótica, es echarse un volado arriesgando la vida por encontrar algo mejor, lo que nos obliga a preguntarnos: ¿De quién es la culpa de tanta migración? Y sólo nos queda voltear hacia las élites del poder para entender que es ahí donde el génesis aparece, donde los proyectos económicos implementados a lo largo de nuestra historia no han dado los resultados esperados.
Hablar del migrante es reconocer las mil aristas que rodean el fenómeno social que hoy por hoy, resulta ser el centro de nuestra atención y el punto de quiebre de nuestra economía.