El PRI no solo perdió la Gubernatura del Estado el día 5 de Junio, las Presidencias Municipales de Othón P. Blanco, Cozumel y Solidaridad y más de medio Congreso del Estado, sin contar las diputaciones del PVEM, ya que este partido es su aliado electoral, pero no es su aliado político, sino que perdió también la noción de los tiempos y de las formas políticas para recuperarse, porque su circunstancia son de las más difíciles y está perdiendo figuras políticas de primera importancia, ya sea por arreglos y alianzas inconfesables desde los tiempos de campaña, hasta los que se le han muerto recientemente.
Los distinguidos priistas Abraham Martínez Ross e Isidro Rivera Cetina, fallecieron en estos tiempos en los que más los necesitaba su partido para subir los ánimos, dar la pelea institucional y ayudar a enderezar el “barco”, uniendo grupos en los cuales tenían indudable ascendencia y también con ese trabajo que hacían al interior del Partido, con el cual dirigían de manera clara y directa las formas de hacer política y de tener disciplina, eran verdaderos maestros políticos en el sur de la Entidad, desde donde operaban y sentaban catedra.
En estos momentos y cada vez siento más la seguridad de que el PRI Quintanarroense, hasta el 2018, podrá ver de manera confusa aun, el camino que podrá hacerle retomar sus retos y sobre todo sus realidades, aun no se dan cuenta cabal los priistas, de lo que significa estar en la oposición y la urgencia que tienen de tomar decisiones que los unan y no que los dividan más, algo que por simple no se puede ni entender y mucho menos organizar como estrategia política de recuperación, porque sus líderes sexenales están en circunstancias que tampoco les permiten hacer mucho por su partido, unos por ausencias justificables, otros por intereses personales y otros por desgastes producto del ejercicio del poder.
Y no se ve en el horizonte de Quintana Roo, quien pueda levantar la bandera priista, enarbolarla y tener la convocatoria suficiente para reorganizar, reestructurar y reinventar un partido que también a nivel nacional lleva un rumbo cada vez más definido al fracaso, con líderes improvisados y que creen firmemente que recorriendo el país lograran reanimar lo que en el ejercicio del Gobierno día con día se desgasta y deja abiertos los espacios políticos electorales para que ganen la Presidencia de la Republica el PAN o MORENA, mientras velemos armas políticas.