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noviembre 22, 2024

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Los derechos humanos LGBT

El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas suscribió la Declaración Universal de los Derechos Humanos y desde entonces celebramos esta fecha como tributo a nuestras libertades. Este año la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha exhortado a quienes defendemos los Derechos humanos, a que los procuremos y los defendamos a partir del derecho internacional de los derechos humanos que no es solo el Marco jurídico obligatorio y vinculante para los Estados, sino también el Marco conceptual que entrega orientaciones y estándares del cómo las políticas públicas de un Gobierno deben incorporar un enfoque de derechos humanos, lo que implica integrar al momento de su implementación, principios como la universalidad de cobertura y la no discriminación.

Los derechos LGBT en México, la tolerancia y la aceptación hacía nosotros la gente gay, lesbiana y transexual, varía entre Quintana Roo con otras regiones del país ya que como sistema federal, la unión civil y la adopción, son derechos que hoy continúan decidiéndose en otros estados como luchas entre sus legislaturas locales y  los tribunales, donde en ocasiones el respeto a la dignidad humana no es tomada en cuenta, incluso mucho menos a la de los estados de Yucatán y Oaxaca donde existen hoy mejores y mayores actitudes hacia los colectivos LGBT.

En México y en nuestro estado, los gays, lesbianas y personas trans enfrentamos violencias y desigualdades con torturas, incluso con ejecuciones solo por el hecho de ser quienes somos, o a quienes amamos o simplemente por nuestras apariencias, pese a que la orientación sexual y la identidad de género son aspectos integrales de nuestra individualidad, y que por falta a una proteccion jurídica adecuada nos expone a diario como personas LGBT a que la homofobia y la transfobia se incrementen y den pie a múltiples violaciones flagrantes a nuestros derechos humanos incluso a los sexuales y reproductivos.

Considero entonces que ninguno de nosotr@ debiéramos continuar siendo motivo de discriminación o de abusos de cualquier índole, y “si ser garantes” como activistas y defensores de nuestros derechos a que tengamos mayor y mejor observancia de todas las agresiones y tratos inhumanos que pudiésemos vivir, documentando y dando a conocer los abusos perpetrados, incluso las torturas, asesinatos y/o ejecuciones que como víctimas podríamos resultar de odios irracionales, o censuras improcedentes como las detenciones posibilitadas por leyes injustas o tratos desigualitarios e injustos en los ámbitos de salud, empleo y vivienda, a los abusos contra menores o a la negativa a reconocer derechos familiares.

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