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noviembre 24, 2024

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Lo vi en el debate

Lo peor de los debates electorales malos son los post debates: porristas de cada candidato inundan redes sociales y medios a su disposición con el mullido e inútil “ya ganamos”.

Armando Tiburcio

Lo peor de los debates electorales malos son los post debates: porristas de cada candidato inundan redes sociales y medios a su disposición con el mullido e inútil “ya ganamos”. Sin efecto convincente quieren hacer de publicistas cuando no se puede ganar lo que no es competencia. El rígido formato de esos eventos llega cuando mucho a exposición en vivo de spots publicitarios que ya difundieron.

Aun así, esperábamos otra cosa. Debatir es confrontar, disputar, pero en esta ocasión los dos candidatos punteros, Carlos Joaquín y Mauricio Góngora, decidieron administrar la ventaja que cada uno calcula tener sobre los demás,  sin arriesgar a equivocarse o a recibir contrataques desagradables. Tablas a romper el próximo domingo.

Los minoristas Rogelio Márquez y Alejandro Alvarado no pudieron o no quisieron jugar el papel de opositores limitándose a consumir el tiempo como monótonos invitados de piedra.

Quien hizo el intento fue José Luis Pech con aquello de señalar a los dos punteros como miembros de sus respectivos “cárteles” de la política local, aunque acto seguido sebo sus ataques sobre Carlos Joaquín, como se esperaba.

Y se voló la barda al ejemplificar con referencia futbolera su preferencia Puma por sobre el abominable América. ¿Será que en Morena tienen un estudio de las inclinaciones futbolísticas en Quintana Roo como para estar tan seguros de que ganan más de lo que pierden con ese comentario? ¿O sabrán que los fans del América no se enteran de lo que se dice en los debates?

La apuesta fue arriesgada pero quien quita y por ahí puso a palpitar corazones que hasta entonces se le mostraban indiferentes. Si Pech logra acercar a Morena hacia el 15% de los votos, habrá cumplido la tarea que tanto le hemos cuestionado.

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