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noviembre 27, 2024

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LO QUE NO DIRÁ CARLOS JOAQUIN EN SU PRIMER INFORME DE GOBIERNO Parte I … QUE DEBERÍA DECIR

Columna por ISABEL ARVIDE

Carlos Joaquín no conoció a Juan Sabines padre, hermano de Jaime el poeta, porque si no pensaría en una frase suya al comenzar a leer su Primer Informe de Gobierno, justo en el instante en que los hombres de poder voltean a ver al auditorio y olvidan que ellos mismos, su gente, organizó el evento. En ese largo segundo en que todas las miradas le pertenecen en un silencio eterno… Ahí es dónde Joaquín González debería decir, para fuera o, lo más importante para oírlo él: “Ven para que quería ser gobernador”…  O, si se prefiere, en un lenguaje más coloquial, diría: “Ya chingué”.

Expresiones que le escuché al entonces gobernador chiapaneco frente a José López Portillo, antes de iniciar su primer y último Informe de Gobierno…

No lo va a decir, obvio, pero debería.  Comenzar insistiendo que ahí está, que es gobernador por la voluntad de muchos, que ya completó un año.  Y que el estado, Quintana Roo, no se le desbarató entre los dedos.

Que ni siquiera en las peores crisis, esas horas de balazos e inseguridad frente a la Fiscalía diría yo, del tiempo que lleva gobernando ha habido más sinsabores que los esperados, que los que forman parte del hacer cotidiano.

O sea, insisto en decir yo, que “ahí la lleva”.  No, tampoco, como pateando un bote.  Pero no le llegó un huracán y, eso sí cercano a un milagro, hay dinero en las cuentas públicas.
A imaginar. A recordar.  A regocijarse, hay dinero en el erario público cuando había una crisis, tantos meses, en que todos los empleados de gobierno parecían limosneros a perpetuidad.  Y ni para camiones a Cancún alcanzaba.  No se diga los empresarios que pululaban oficinas con sus contrarecibos en mano para, una vez más, volver a escuchar que “estaban juntando para la nómina”.

Esto, tan simple, de que haya dinero, tendría que ser una diferencia monumental.

Carlos Joaquín tampoco va a informar que no viaja todos los días de Cancún a Chetumal para ir a Cozumel para bajar en Isla Mujeres para regresar… a donde fuese.  Que no está subido en el carrusel de la ausencia ni anda de parranda en las Europas o en Rusia o donde corresponda. ¿Debería decirlo?

Como no dirá de la gran libertad que tiene respecto al centro de país, por aquello de los dos partidos que lo nominaron candidato, que bastante tienen cada uno con sus broncas internas.  Que ni siquiera tiene que comprarse chamarras de cualquier color partidista para pasar lista con su bonche de acarreados a cada rato.  No, tampoco eso va a informar.

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¿Y de todos aquellos que le juraron odio eterno, qué debería decir? ¿Dónde está la oposición priista, la verdista, la del color que sea, que iban a demostrarle a  cientos de miles de quintanarroenses de qué madera estaba hecho Carlos Joaquín?  ¿Nos acordamos de los apodos, digo por salud de la memoria?  ¿Dónde están las voces furibundas que se alzaban todos los días en su contra?
No pues sí, tendría que decir al inicio de su Informe: “Ya chingué”…

¿Qué no va a decir Joaquín González en este Primer Informe de Gobierno y debería decir?  Que ya sabe quiénes estaban bien para la foto de campaña y como “colaboradores” se le quedan atrás, muy atrás en verdad, tanto que la ciudadanía, o sea el pueblo, no reconoce ni sus nombres.  Que ya sabe que a algunos, así es esto de la política, va a seguir cargándolos a la espalda como Pípila, y a otros será tiempo propicio para darles su pago de marcha.  Ni modo que lo arrastren con su cachaza de ni contestar el teléfono.
Y ya luego, después, hablaremos de la “incomunicación oficial”.

También tendría que dedicarles una buena parte de su discurso a los chetumaleños.  Que impidieron con su apoyo que lo hicieran perder, que se decepcionaron con los despidos, que le hicieron “fuchi”, que lo han vuelto a querer, y que siguen de melindrosos aunque yendo al casino todas las noches, a ellos tiene que recordarles que sigue en deuda, que no se le olvida que se la “jugaron con él”, que sigue en desbalance en sus cuentas de “debe y haber”.

Ese sur de Quintana Roo que, a veces, no entienden ni los locales, tan aferrado a sus usos y costumbres, tan olvidado por el poder en turno.

¿Qué no va decir Carlos Joaquín en su Primer Informe de Gobierno?  Que no tiene novia. Ninguna novia. Ni artista, ni teibolera, ni diputada, ni intelectual, ninguna novia que le cueste al gobierno millones de pesos, que utilice los aviones oficiales, que ponga en riesgo la estabilidad de la buenas conciencias locales y nos atiborre de ceremonias para recompensar el agravio,  eventos del DIF entre mujeres solitarias o fiestas en Cancún donde las flores costaban muchos millones de pesos, solamente las flores que adornaban las mesas…
Continuara…

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