Exagerado y desproporcionado, pero sobre todo alarmista es el llamado que hace el PRD para que el Ejército y la Marina vigilen el estado en el día de las elecciones, al considerar que aquí se registra un clima de violencia y de campaña sucia.
Campaña sucia sí, en realidad sí se ha dado y de ambas partes. Los perredistas jamás podrán hacerse las víctimas y decir que no le han entrado a la calumnia, a la diatriba. Acusar al PRI de incurrir solo en eso, es como invocar al pato que le tira a las escopetas.
La táctica del PRI es otra. Claro que también le entra a la guerra, pero a su manera, más escondida, soterrada, mucho más hipócrita, pues. Pero también más hiriente.
Eso ocurre en cada elección, sea local o federal, pero de eso a un clima de violencia como lo aseguró la secretaria general del PRD, Beatriz Mojica Morga, y más como para pedir que el Ejército se encargue de la vigilancia, es exagerado, lo cual tampoco significa que Quintana Roo esté zafo de alguna eventualidad.
Hay que tener cuidado ante este tipo de llamados, pues alerta a la población e inhibe su participación, pues ver en las calles al Ejército el día de las elecciones sin duda inhibirá al electorado y disminuirá la participación de una sociedad atemorizada.
Hoy se sabe de algunos brotes de violencia y otras entidades, pero al menos en Quintana Roo no se ha salido de los dimes y diretes entre los partidos, sus simpatizantes y, claro, los candidatos, a lo que han llamado “guerra sucia”.
Lo más sano es que se solicite el apoyo de más efectivos de la Policía Federal para intervenir de inmediato en caso de ser necesario e imponer la calma, en un día que todos esperamos se convierta en una fiesta democrática.