En días pasados surgieron algunos comentarios de personas ligadas a la oposición que piden cancelar las conferencias mañaneras del presidente López Obrador, estas voces cuentan con difusión pues sus demandantes son representantes de los medios de comunicación que defendieron hasta la ignominia los regímenes anteriores; Reforma, El Universal, Excélsior, Milenio, El Financiero, etc. La oposición sin inteligencia, ni imaginación, al no tener un tema tiene que inventar uno o reciclar otro.
En el 2022 una iniciativa para juntar firmas por medio de la plataforma Change.org logro 40 mil firmas –hasta diciembre de 2022- que pedía lo mismo,
que AMLO no realice sus conferencias matutinas.
Es incongruente que comentaristas con respaldo de medios corporativos quieran limitar la libertad de expresión de alguien; más irracional es que lo hagan con el afán de callar la voz de un presidente que no es de su predilección, por la única explicación que la nueva política de comunicación social del gobierno no los favorece económicamente, no les favorece en ningún punto
ni como traficantes de favores o influyentes personajes de la fuente.
Imaginemos por un momento que sería del actual gobierno de López Obrador si no pudiera explicar y responder las preguntas todas las mañanas; o exponer acciones y avances en los distintos temas que se aplican desde el gobierno federal y gobiernos locales, o desenmascarar noticias falsas que atañen directamente su función.
Antiguamente la vocería
del gobierno federal la tenía
el periodista que controlaba
el principal noticiero, en el principal horario estelar; muchos años fue Jacobo Zabludowsky y después Joaquín López Dóriga; desde ahí se dictaba la agenda, quienes eran los “buenos” y quienes eran los “malos”, sin matices, ni derecho a la réplica.
Los medios corporativos
tradicionales hoy no informan objetivamente las acciones del gobierno federal, al contrario, lo muy poco que informan
lo editan y gesticulan con un lenguaje no verbal su fastidio, hastío, no aprobación; es una sobre edición, sobre actuación, en todos los noticieros de televisión y radio.
La conferencia mañanera de López Obrador ha sido un ejercicio exitoso para abrir
la agenda diariamente y responder a las no preguntas, es decir a los comentarios falsos de personajes nacionales e internacionales que son influyentes en los medios de comunicación como; Enrique Krauze, Roger Bartra, Jorge Ramos, Mario Vargas, Jesús
ReyesHeroles, Lorenzo Córdoba, Héctor Aguilar Camín, Guillermo Sheridan, Jorge Fernández, Carlos Loret, Ciro Gómez, Carlos Marín, Joaquín López Dóriga, Denisse Dresser y un largo etcétera que usted puede ir citando.
Lo peor de todo es que estos intelectuales en un forzado sabático sexenal han sido desenmascarados y sus acciones hoy son de un efecto bumerang, es decir contrario a sus objetivos; mientras ellos se desprestigian cada día más, la aceptación de Obrador
se mantiene o crece. Las mañaneras seguirán, incluso serán trans sexenales, por salud pública y lucha contra la corrupción.